¿Quiere hacer política? la lista está cerrada...

Se avizora en el panorama reformista que impregna el país una reforma, la reforma política… yo sé que este es un tema cansón, minúsculo para la mayoría de colombianos, quienes prefieren que les hable de James Rodríguez o de Falcao porque esos sí son temas que afectan profundamente la vida nacional; no de las reformas políticas, ni cosas de esas que tienen que ver con la democracia en la que se supone que todos elegimos “qué queremos” y para dónde vamos o quién queremos que defienda nuestros derechos ciudadanos en las instancias de poder… esos son cosas nimias frente al embarazo de Shakira, yo lo sé. Por esa razón, quiero pedir disculpas si hoy quiero ser trivial y hablar de la reforma política que empieza su curso en el Congreso de la República. Desde hace unos días he leído, como ciudadana que soy y con preocupación, en los medios de comunicación un tema que por supuesto defienden los grandes gamonales políticos en el país: la reforma política, que debo aceptar tiene varias bondades, pero pretende eliminar el voto preferente y pasar al sistema de listas cerradas para elecciones a Congreso, Concejos y Asambleas municipales. ¿Eso qué significa? Fácil, déjeme se lo explico: significa que de ahora en adelante, en caso de aprobarse,  los que van a decidir a quién elegimos para esos cargos serán los caciques políticos, los directores de los partidos quienes en el culmen de su mente iluminada plasmaran a punta de bolígrafo y rosca… perdón roscón, los nombres de quienes ocupen los primeros lugares de las listas a ser elegibles y dejen en los últimos lugares aquellas propuestas políticas que no les sean amigables. Propuestas como por ejemplo, de personas que estorben o que representen movimientos sociales alejados de la élite, chusma que pretenda colarse en los honorables salones del Capitolio, pulgosos como usted o como yo que tengan alguna idea de renovación política que atente contra el statu quo de los llamados a regir los destinos de nuestra bien amada Patria por los siglos de los siglos amen. Nada mejor que eliminar el voto preferente que promueve, según ellos, el clientelismo y la corrupción para poder llenarse de torta entre los amigos. Porque es más fácil echarle la culpa de todos los males al voto preferente y no buscar y eliminar las causas más profundas de dichos males que tienen su sustento en la inequidad social, la ética, la educación política, los errores de escrutinio y la financiación de las campañas. ¡Qué maravilloso paraíso ese de eliminar de tajo cualquier derecho al disenso en las huestes del mismo partido para gobernar esta finca como bien le plazca al amo! Así le plazca mal. Qué mejor que eliminar el voto preferente para que usted no tenga la libertad de votar por un candidato que le guste y lo represente,  sino por un partido cuyas cabezas deciden quien lo representa… no a usted, a ellos… y ¡Qué viva la democracia, carajo! ¿No me ha entendido todavía? Déjeme se lo vuelvo a explicar: Actualmente existe un sistema mixto que implica que usted tiene la posibilidad de votar no solo por el partido, sino por  alguno de sus candidatos, el personaje que más se acerque a los ideales que usted quiere, sean representados y defendidos en las instancias de poder. Esta posibilidad se da porque, por más de que un candidato se acerque a los planteamientos y propuestas de un partido, cabe la posibilidad de tomar posturas, matices  y disensos, sin ser contrario a los valores y principios más profundos representados en esos partidos. Eso es la democracia, tiene tonos, colores acordes con la naturaleza humana. La democracia no tiene un solo color, no es roja… puede ser roja clara o roja oscura, no es azul, puede ser azul celeste… y actualmente usted tiene la posibilidad de votar por esas diferentes tonalidades cuando elige además de un partido, a un candidato, independientemente de que a los directivos y gamonales les guste o no. Eso es el voto preferente. En un sistema de lista cerrada, el partido elige el orden de las listas, es decir, el nombre de quienes ocupan los primeros y últimos lugares de la misma. En este sistema quienes más probabilidades tienen de quedar elegidos son aquellos que ocupan los primeros números de la lista… los últimos ponen los votos y los esfuerzos…pero de ahí a que queden. El problema con este sistema es que históricamente los que han decidido quien ocupa esos primeros lugares son los directores de partido y los grandes gamonales que tienen la manía de poner sus fichas a gusto y preferencia personal, no a gusto y preferencia de los militantes de base de los partidos… lo que a todas luces es peligroso para la democracia porque se corre el riesgo de que las distintas corrientes y movimientos dentro de los partidos no tengan opciones de ser elegidos si no son del agrado de las élites que deciden. Usted dirá entonces, que aquellas corrientes partidistas que forman matices dentro de los partidos se independicen… hecho que sería factible si los umbrales de votación que le exigen actualmente a los partidos para ocupar cargos de elección popular no fueran tan altos. Esto quiere decir que de aprobarse la eliminación del voto preferente, si usted tiene un pequeño grupo de militantes o un movimiento político con la suficiente representatividad para ser elegido, ya no importa, sino que usted tiene que ir desde ya a donde los Gaviria, o los Cristo, o los Galán o los Serpa, o los Iragorri, o donde Barguil, Varón, Gerlein, Benedetti, o Roy Barreras a ver que se les ofrece, para que de pronto le dan el chance de hacer propuestas para ser elegido…  eso sí, espere sentado y la gente que quiere ser representada por usted, también… En fin… yo espero de corazón que los actuales Congresistas aprueben una buena reforma política, una reforma realmente democrática en donde todos tengamos la opción de participar, elegir y ser elegidos por propuestas que nos convenzan a nosotros como ciudadanos y no solo a las élites políticas… espero de corazón, amigo Congresista, que el día que den el sí a la reforma, no estén cavando la tumba de su propio ideal político, ese mismo que hoy lo tiene en el Congreso… amanecerá y veremos… @weneardi