Usted tiene todo el derecho de enamorar, más no de ilusionar. El ser humano en medio de las pasiones olvido su objeto de humanidad, al parecer tomo una forma absurda de juego-objeto.
Dentro de nuestra virtud de humanidad se nos enseño a ser individuales, a ser egoístas, cuando uno comienza a compartir la vida con otro ser se pierde ese valor. No se ve al otro como un ser que respira, que es un ser vivo, que piensa y que también tiene sentimientos.
Ahí es donde ya nos reglamos una propiedad de tener al otro no solo como objeto, sino como un objeto-juego. Usamos al otro a nuestro antojo y capricho.
Y tiene sentido desde el momento que le colocamos a la mano las herramientas para que lo haga. Permitimos que nos dañen, que nos destruyan, simplemente por una pasión interna. Nos permitimos por la naturaleza del gusto y atracción de dos pares en convertirnos en ese ser, en ese objeto.
Pero el dolor no recae en ser un objeto o en el amor, por que muchas veces ni siquiera se llega a sentir amor para caer en el juego. De echo el juego no es ni siquiera el sexo, el juego puede ser simplemente turismo emocional.
Sí, turismo emocional, conocer la debilidad que el otro siente por mi y aprovecharlo para entrar en su vida por instantes y tener la facilidad de esfumarse sin sentido. Es algo que nadie quiere en su vida por que genera un desequilibro emocional y tal vez por que detrás hay un gusto o un simple capricho que nos tiene aun atados.
Cuando la decisión esta tomada y no se pretende echar atrás y la única filosofía de vida es la felicidad, lo mejor es olvidar. Una tarea que nunca es fácil pero que al fin y al cabo es saludable. Puede que la vida nos de mil golpes pero estamos para afrontarlos, alzar la cabeza, sacudir el polvo y continuar el camino.
Turismo emocional, la debilidad que otro siente por usted
Lun, 16/09/2013 - 00:39
Usted tiene todo el derecho de enamorar, más no de ilusionar. El ser humano en medio de las pasiones olvido su objeto de humanidad, al parecer tomo una forma absurda de juego-objeto.