Me pregunto si el presidente Duque hará, de nuevo, oídos sordos al pedido de muchos de sus compatriotas y expresado con claridad por el coronel John Marulanda, director de ACORE, al final de la entrevista que concedió para La Hora de la Verdad:
“Esta es una oportunidad para que el gobierno colombiano, haciendo uso de su dignidad nacional y en cumplimiento de su obligación de darnos seguridad a los colombianos, rompa relaciones con Cuba”.
Lo que sufrimos por culpa de la complicidad o connivencia de una elite política colombiana, perteneciente al partido liberal, con el regimen criminal de Cuba que no ha parado de hacernos daño desde 1948, como lo recuerda en coronel Marulanda -imagino que hace alusión al asesinato de Gaitán por el joven Fidel Castro y dos de sus amigos, como le escuché relatarlo a Miguel Santamaría Davila apoyandose en testimonios directos, quedando en la total impiunidad y siendo el detonante de la violencia desatada dese el nefasto 9 de abril de 1948 hasta nuestros días-. Por Cuba pasaron los del M19. Allá fueron entrenados para matar colombianos para ser luego recibidos en la isla como héroes por la larga y cobarde toma de la embajada de República Dominicana, debido a que el presidente de turno cedió de manera pusilánime a sus exigencias. También los bandidos del ELN han tenido entrenamiento y refugio desde su creación hasta hoy en día. Pero sus más fuertes aliados han sido los de las FARC donde ahora encontró cálido refugio alias Iván Márquez.
El corto resumen sobre lo que significan las muertes de alias El Paisa y alias Romaña que hace el coronel Marulanda en el programa radial, es suficiente para poner los pelos de punta a cualquiera. Pecamos de ingenuidad cuando vemos con buenos ojos esos hechos. Indiscutiblemente es mejor que esos criminales no existan ya; lo que deja un amargo sabor es que quienes los asesinaron fueron los de las mismas FARC por un asunto de negocios como ocurre con la mafia siciliana. Pensar que un ajuste de cuentas debe tomarse como un triunfo de la justicia es ridículo. En lugar de traer tranquilidad es motivo de inquietud por lo que está detrás de los acontecimientos. Si ese par de monstruos fueron acribillados es porque hay alguien que les supera en poder y en maldad. En este caso, alias Gentil Duarte. Cuando sea el ejército colombiano el que lo dé de baja podremos sentir que las cosas van por el camino correcto. Mientras sea entre ellos que se matan no hay nada que aplaudir.
Veamos lo que nos comparte el coronel Marulanda sobre este caso y que me permito resumir a mi manera:
Alias Gentil Duarte abandonó las tales conversaciones con Santos para irse al monte mucho antes de la firma del maldito acuerdo de La Habana. Alias Iván Márquez lo hizo ya gozando de las prebendas recibidas. Al llegar al monte pretendió, sin lograrlo, que alias Gentil Duarte le rindiera pleitesía. Luego le pidió a su amigo Maduro que atacara en el Apure al Frente 10 de su antiguo compinche, lo que procedió a realizar el dictador venezolano enviando sus tropas en dos ataques en los que fueron derrotados de manera implacable por el avezado narcoterrorista. Alias Gentil Duarte cobró venganza asesinando a los dos principales lugartenientes de su ahora enemigo, alias Iván Márquez, obligándolo a salir corriendo a refugiarse en las enaguas del régimen tiránico cubano.
El refugio dado al cabecilla de las FARC sería motivo suficiente, aunque apenas se suma a muchos otros, para pedirle al Presidente Duque que rompa con Cuba.
