Hace unos días, cuando comenzaban a aparecer de nuevo rumores anunciando desastres que reviven las amenazas de confinamiento y represión, la cadena radial RTL entrevistó a uno de los filósofos más influyentes en Francia, André Comte-Sponville, quien viene de lanzar su último libro “Diccionario amoroso de Montaigne”. Los títulos de sus obras ofrecen pistas sobre sus inquietudes filosóficas: “Lo inconsolable”, “La felicidad desesperadamente”, “Tratado de la desesperanza” y “El amor, la soledad” son algunos de ellos. Sus reflexiones llegan a tocar las profundidades del alma transformándose en semillas que animan el diálogo interior de cada uno de sus lectores, de las que brotará la redención tan anhelada para reconstruir nuestra relación con el mundo comenzando por nuestro entorno.
Luego de escuchar la entrevista pensé que sería un buen motivo para uno de mis artículos semanales. ¿Qué mejor manera que la de traducir y transcribir las frases que sintetizan la visión que tiene Comte-Sponville sobre la muy delicada y extraña situación en la que un virus y una serie de amenazas de subversión con atentados terroristas ha puesto a los seres humanos al inicio de la tercera década del siglo XXI?
La entrevista se centra en la posición de este filósofo ante la posibilidad de un rebrote del virus y la amenaza latente de nuevos atentados terroristas. Comte Sponville dice:
“Montaigne no conoció la COVID-19 pero si la PESTE, está con una tasa de mortalidad del 100% frente a la de la COVID-19 de apenas el 0,5%. En materia de violencia, Montaigne conoció la Guerra de religiones y la Saint-Barthelemy con decenas y hasta centenas de millares de muertos, que no son comparables a atentados terroristas como los de Bataclán y Charlie Hebdo.”
“Montaigne decía: `Lo que más temo es el miedo`. Yo puedo decirles que no le tengo miedo a la COVID-19”
“Morir de cáncer o morir de covid, no veo la diferencia.”
“Vivir en un país dominado por el miedo… Imaginar que mis hijos pasen sus vidas enmascarados con la prohibición de estrecharse las manos, de besarse...”
“¿Cuál es la diferencia entre el confinamiento y la máscara? El confinamiento no podía durar por razones económicas… en un año la gente moriría de hambre en las calles. Pero la máscara… si en veinte o treinta años el virus está todavía acá ¿seguiríamos enmascarados? ¿No tendríamos derecho de estrecharnos la mano ni besarnos?”
“Lo primero que se aprende en periodismo es que una cifra en sí misma no dice nada. Al inicio, cada día nos anunciaban el número de muertos; ahora, el número de casos. Pero no nos dicen cuántos mueren en Francia al año. Ningún periodista en la televisión lo ha dicho. Busqué en Internet y descubrí que mueren cada año en Francia más de 600.000 personas. Entonces, los treinta mil muertos de la COVID-19 son el 5% del total. Es triste pero no es el fin del mundo.”
“La salud es un bien, el más grande de los bienes, pero no es un valor.”
“Cuando veo la suerte que se está reservando a los jóvenes me dan ganas de llorar.”
“El trabajo de los medios es crear miedo en la gente.”
“Decía Montaigne: `No te mueres porque estás enfermo, te mueres porque estás vivo`. Tenemos que aceptar la muerte.”
“Tengo dos cosas por decirles, una mala y una buena. La mala es que todos vamos a morir y la buena es que la mayoría morirá de otra cosa distinta a la COVID-19”.
André Comte-Sponville nos ofrece su visión sin tapujos y nos previene sobre los riesgos tanto de lo políticamente correcto como de lo sanitariamente correcto que ha convertido a los gobernantes del mundo en títeres de quienes manejan la salud pública. Si no siguen sus órdenes ponen en riesgo no solo su capital político sino su gobernabilidad. Macron en Francia como Duque en Colombia son ejemplos de esto. Ojalá nuestro presidente no caiga de nuevo en ese juego que traería desastrosas consecuencias en un momento tan delicado con problemas mucho más graves que el de la COVID-19.