(Esta reseña contiene spoilers de la película “Deseando amar” de Wong Kar-Wai)
Wong Kar-Wai es un director con un método muy particular para realizar sus películas. Su espontaneidad y dedicación son legendarias; es capaz de iniciar una idea y transformar radicalmente sus intenciones mientras las realiza.
Los cinéfilos alrededor del mundo le aprecian por su seguridad tanto en la ejecución de su estética como en la traducción de sus ideas a la pantalla. Hace algunos días, decidí conocer su filmografía con una de sus obras más emblemáticas: “Deseando amar”.
“Empiezas a notar cosas si colocas atención”. Tuve que ver esta película dos veces para darme cuenta que mi primera experiencia estaba sesgada por prejuicios que traía conmigo y que la película aprovechó en mi contra.
La película abre en la Hong Kong de los años sesenta, un punto de transición en la historia china. La gente empezaba a aglomerarse en edificios, sacrificando su privacidad para poder sobrevivir los cambios venideros. Aquí entran los protagonistas de nuestra historia, el Señor Chow y la Señora Chan, dos vecinos que se enfrentan al hecho de que sus cónyuges tienen un amorío entre sí.
Kar-Wai, junto a su diseñador de producción y sus directores de fotografía, nos enfrentan a la soledad de sus personajes, convirtiéndonos en espectadores morbosos. El espacio es estrecho, la perdida de privacidad es desgarradora, y de repente, el tiempo pasa y nos damos cuenta de que una relación muy cercana se está desarrollando entre Chow y Chan. Empiezan a caminar juntos, comparten su cena, escriben novelas entre sus moteles... y el tiempo pasa y pasa...
Mi primera impresión fue juzgar que los protagonistas eran amantes. Después de todo, ya era testigo de lo que Kar-Wai me había mostrado. A través de barrotes, muros delgados y espejos, vi a los protagonistas compartir su tiempo y, aún así, estaba equivocado. Fui tan chismoso y descarado como los vecinos de la Hong Kong sesentera.
Lo que estaba viendo era aún más desgarrador: dos personas que necesitaban entender porqué no fueron suficientes para los compañeros de vida que les traicionaron. Lo que parecían ser interacciones llenas de coquetería, eran juegos en los que Chow y Chan se comprometían para pretender ser sus ex-parejas e
intentar sanar el vacío que tenían.
De haber querido ser amantes, no existía un lugar tan terrible para guardar un secreto como el lugar y el tiempo que vivían. Saben que no van a cometer ningún tipo de infracción a sus principios; ninguno quiere rebajarse al nivel de sus cónyuges. Aun así, la meticulosa presentación de Kar-Wai expresa los deseos más íntimos de estos personajes: desarrollar una relación lejos del escrutinio público, en la que exista una verdadera sensación de privacidad, individualidad y honestidad.
“Deseando amar es una película capaz de hacernos empatizar tanto con el contexto social e histórico de sus personajes, como con la intimidad de sus corazones y el dolor por su trauma. De este modo, la historia nos presenta eventos muy efímeros, dejándonos con el anhelo de saber qué pudo haber sido.
Carlos J. Yaya
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Lecturas adicionales: https://www.rogerebert.com/reviews/in-the-mood-for-love-2001