Del esplendor al espanto, o el baile de los caídos, cuando llega la hora de la despedida.
¿Dónde están mis amigos, dónde están?
Es el caso de los famosos, especialmente actores, cantantes, deportistas y futbolistas porque se alejan los reflectores, las cámaras, los micrófonos, los periodistas, el reconocimiento, la adulación y la fama.
Es el día después, el comienzo del drama para las estrellas.
SE APAGA el ruido en los escenarios, se silencian los aplausos, ya no hay autógrafos ni selfis. Llega el vacío del adiós con horas largas, libres e inactivas, porque la fuerza interior que fue el impulso para el éxito, ha desaparecido.
No hay sueldos millonarios, ni publicidad, ni premios, ni privilegios. Ya no son los personajes de moda, los preferidos de chicas y fiestas. No están los amigos ocasionales, que vivieron de su fama.
Tantas carreras idílicas se complicaron al momento del último acto, porque sus protagonistas no supieron planificar la retirada, quisieron vivir anclados en el pasado.
Se marcharon a regañadientes, sin identificar a los vampiros que se chuparon sus ahorros.
Al tiempo, desaparecieron las frondosas cabelleras, la ropa ceñida, las ostentaciones y las parrandas. Las finas cinturas, fueron relevadas por voluminosos abdómenes. Las canas llegaron a sus cabezas y las afectaciones físicas marcharon a la par de las decadencias emocionales.
En el caso de los futbolistas, tuvieron la pelota en sus pies y el mundo en sus manos. Vivieron a 30 metros de la superficie, se sintieron intocables y no tomaron conciencia de que todo tiene un final.
Es el brusco salto del esplendor al espanto.
El drama de los deportistas empieza desde el comienzo de sus carreras. No reciben orientación de expertos para asimilar la inactividad del retiro, para hacer inversiones rentables, o para darle trascendencia de los aspectos menores de sus vidas, con ahorro. Sin dinero, sin familia, hubo muchos que terminaron en el suicidio, en la calle o apoyados por benefactores con memoria y misericordia.
Sin embargo, como ejemplo, viven decenas de famosos su retiro, sin angustias, aterrizados, con solvencia y con dinero. Exitosos lejos del balón de la fama y de las canchas. Estudiaron, se prepararon y supieron invertir.
El día después, el drama de los famosos, especialmente de los deportistas porque no aprovecharon sus momentos de esplendor. El triste ocaso de sus vidas o el drástico paso de la gloria a la tragedia.