Elecciones de Consejos Municipales de Juventud: Una excelente oportunidad que perdieron los jóvenes

El pasado domingo 5 de diciembre, los jóvenes colombianos de entre 14 y 28 años de edad, tuvieron la oportunidad por primera vez en la historia del país, de elegir los Consejeros Municipales de Juventudes. Maravilloso! Ya que esta cohorte generacional, que pueden considerarse Centennials, según ese rango de edad, se caracterizan por un marcado desapego a la política, pero de todas maneras, constituía una excelente oportunidad para que a través de esas dignidades, se convirtieran en la incubadora de nuevos liderazgos que llevarán propuestas a alcaldes, gobernadores y al Gobierno, para que se traduzcan en mejores políticas públicas.

En síntesis, lo que se buscaba era que a través de este mecanismo autónomo de participación, los jóvenes pudieran elegir a quienes concretarán la agenda pública de juventudes en los municipios y departamentos, ser locutores válidos entre los jóvenes y autoridades y, por último, hacer veeduría y control de los recursos de los jóvenes.

Pero no! Las cosas hay que llamarlas tal cual son y estos comicios, que debieron marcar un precedente en materia de inclusión, pues le darían participación especial a jóvenes pertenecientes a comunidades étnicas, campesinas, de víctimas, de mujeres, Lgbti y demás, fueron un completo fracaso, a pesar del empujón de la Registraduría al proceso, emitiendo la resolución 15881 del 4 de diciembre de 2021, unas horas antes de iniciar las elecciones, que permitía que los jóvenes entre los 14 y los 17 pudieran votar cerca de sus casas, las veces que quisieran, el abstencionismo fue del 90%.

Fueron 7.241 las listas inscritas para un total de 39.903 candidatos entre partidos políticos, jóvenes independientes y procesos y prácticas organizativas de las juventudes que participaron en estos comicios. La Registraduría validó 1.836 listas de jóvenes independientes integradas por 11.919 candidatos, divididas de la siguiente manera: 5.900 mujeres y 6.019 hombres. En cuanto a los partidos o movimientos políticos con personería jurídica, presentaron 3.219 listas integradas por 17.708 candidatos, de los cuales 8.828 son mujeres y 8.880 son hombres. Por último, precisaron que los proceso y prácticas organizativas de las Juventudes en los que se encuentran la población LGBTI y las Juntas de Acción Comunal, presentaron 1.268 listas con 6.025 candidatos de los cuales, 2.993 son mujeres y 3.032 son hombres.

El listado de inscritos por partido fue: Liberal (634 listas inscritas), Conservador (506), Partido de la U (322), Alianza Verde (295), Centro Democrático (275), Cambio Radical (240), Dignidad (197), ASI (175), Mais (119), Mira (119), Colombia Humana - Unión Patriótica (111), Polo Democrático Alternativo (61), Movimiento Autoridades Indígenas de Colombia (53), Colombia Renaciente (37), Movimiento Alianza Democrático Amplia (31), Colombia Justa Libres (23) y Comunes (21).

Se percibía un buen ambiente en los 1.091 municipios del país, para este histórico proceso, pero de los 12’282.273 habilitados para votar, solo 1’277.711 acudieron a las urnas, ¿si eso no es un fracaso, si eso no es un revés, entonces que lo es?

Y a pesar de que la presidenta del CNE, Doris Ruth Méndez, destacó que siendo la primera vez que se desarrollaba este proceso en el país, se puede considerar como un éxito, la votación fue de solo el 10%.

Ahora bien, como ejercicio democrático que se desarrollaba por primera vez en Colombia, no podemos simplemente aplaudir semejante abstencionismo, que empaña y desdibuja, un anhelo de más de 20 años, que tomó más fuerza dadas las circunstancias, llámense marchas y protestas con cuotas de muertos incluidos, precisamente de JÓVENES!

¿Acaso, no eran los jóvenes que más pedían una representatividad en el gobierno, participación democrática, derechos y mil cosas más?

Obvio, esta generación, no cree en la política, menos en los partidos tradicionales, les resulta natural la diversidad y quieren compartir valores globales, como el cuidado del medio ambiente, aunque a la vez sientan preocupaciones y de coyuntura. La pandemia les mostró una realidad que muchos no conocían o que se negaban a aceptar, esa misma que afrontan sus padres desde que se acuestan hasta que abren los ojos cada mañana: Como sobrevivir con la precariedad de la situación económica del país.

Este ejercicio democrático que entre otras cosas les cuento, costó 160 mil millones de pesos, constituía un hito y un chance gigantesco para que por fin pudieran no tanto alzar la voz, pues esa la han venido alzando hace rato, sino, que esa voz fuera escuchada, respetada y acatada. Muchos jóvenes  que se ufanan de ser antisistema, insurrectos, insumisos y sublevados, prefirieron quedarse en casa y no participar de los comicios, solo por llevar la contraria, olvidando que este era un gran paso hacia una democracia más participativa, saben para quién? Aja, para ustedes mismos.

Este jalón de orejas, eso sí, constructivo, va para ustedes jóvenes, pues aunque se eligieron 10.824 consejeros municipales y locales de juventud en todo el territorio nacional, se pudo haber enviado un mensaje fuerte y claro, no solo al gobierno nacional, para que la política pública de juventudes, que constituye, el principal instrumento de referencia técnica y política para el conjunto de decisiones y acciones que se tomen y emprendan en pro del desarrollo de ustedes, fuera más contundente y poderoso.

En cambio, dejaron ver que es más fuerte su desafección y que prefieren escapar a los binarismos y creer en las identidades flexibles y que fluctúan; quizá también por eso es que no se sienten cómodos con la polarización política extrema y prefieren la transversalidad, aun cuando no tengan muy claro de qué se trata o cómo se puede construir. Tienen lo que las analistas consideran una “visión ampliada de lo político”, según la cual “todo es político” y siempre tiene consecuencias sobre el otro. Eso se traduce, por ejemplo, en que sus percepciones muestran cambios notables con respecto a las de otros grupos etarios: la convicción de que una de las principales tareas de un próximo presidente es “la preocupación por la situación de los pobres” y se van por el facilismo de repetir como loras que Uribe es paraco y que Petro va a “Venezuelizar” al país.

En el Chocó, donde las cosas hace mucho tiempo pasaron a castaño oscuro, oscurísimo, y donde se requiere urgentemente de jóvenes que lideren procesos políticos serios, tangibles y sobre todo viables y donde ya se perdieron las cifras exactas de los jóvenes que han caído muertos a manos de otros jóvenes, la drogadicción, la prostitución, la extorsión y la participación en grupos ilegales está a la orden del día y tal parece que esa situación no le interesa a nadie. De 125.753 jóvenes habilitados para votar, solo 21.169, o sea el 16.83% acudieron a la jornada democrática y según rumores, hubo hasta compra de votos. La verdad eso no merece mayor análisis, Explica tal cual, porque estamos como estamos.

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