Los titulares de los principales medios de comunicación del mundo informan sobre el crecimiento exponencial de los casos positivos de contagio de coronavirus en personas entre los 18 y 30 años de edad, y hacen referencia a su indiferencia e irresponsabilidad frente a la pandemia.
Resultados de estudios y balances sanitarios en diferentes países, entre los que se encuentra Colombia, demuestran a todas luces que este grupo etario registra una expansión alarmante y que, como la aseguró la directora de la OPS, Carissa Etienne, “Los jóvenes son los principales impulsores de la propagación en nuestra región”.
Sin embargo, y a pesar de las innumerables voces que se levantan contra la juventud por su falta de sensatez, ante la crisis sanitaria, los invito a realizar una pequeña reflexión sobre el aporte de los jóvenes durante la pandemia, la manera cómo los ha afectado el Coronavirus y, creo yo lo más importante, la forma en que socialmente decidimos acompañarlos en este vendaval que todos padecemos.
De acuerdo a MinSalud, aunque la mayor proporción de médicos en nuestro país se presenta en el grupo de edad entre los 30 y 40 años (cerca del 40%), el grupo menor de 30 años es muy representativo (23%), teniendo en cuenta que la edad promedio de grado es de 24 años.
En el mismo sentido, y según los aportes al Sistema de Seguridad Social de nuestro país, el 44% de profesionales de enfermería se encuentra en el rango de 25 a 34 años de edad y la cifra es muy similar cuando se analizan camilleros, auxiliares de enfermería y demás personal de la salud.
Veamos otra cara de la moneda. Profamilia en su estudio “Entendiendo las experiencias y prácticas resilientes de adolescentes y jóvenes durante la pandemia del Covid 19 en Colombia” aseguró que la población más afectada por las acciones tomadas para controlar el Covid 19 fueron los menores de 29 años.
Por su parte, la OIT sostiene que son devastadoras las consecuencias que en la educación y la formación de los jóvenes ha traído la crisis sanitaria y qué más del 70% de los que estudian o compaginan su formación con el trabajo se ha visto afectado de manera negativa por el cierre de escuelas, universidades y centros de formación.
Además, diversos estudios concuerdan en aseverar que la juventud es el grupo de la población que vislumbra el futuro más desalentador y es el colectivo más afectado por la pandemia a nivel emocional. Un estudio reciente de Ipsos para la Fundación Gates revela que el 70% de la juventud mundial siente que a los líderes políticos no les preocupan "personas como ellos". Un sentimiento que se traduce en desapego hacia las instituciones y frustración, pero que podríamos, si nos lo proponemos, convertir en acción.
Es hora de recordar la frase de José Saramago, “Ni la juventud sabe lo que puede, ni la vejez puede lo que sabe” y de acercarnos a esa población que ahora satanizamos, pero que podríamos convertir en una fuerza imparable para construir un futuro mejor.
Si, es cierto, los jóvenes están siendo un factor determinante en la propagación del Coronavirus, pero también lo es el que luchan desde la medicina, se sienten solos, con pocas esperanzas y abandonados. Pero ¿cuál de nosotros no ha manifestado que en la juventud todo se puede?
Unámonos con los jóvenes, démosles oportunidades, llámenoslos a tomar decisiones y apoyemos la promoción y creación de mecanismos para hacer participar a sus representantes en nuestras decisiones como país, aún más en estos tiempos de pandemia. Con seguridad muchos de ellos nos sorprenderán.
