Hora de una nueva tanda de alivios

La dinámica de la pandemia y la llegada de nuevas variantes del virus hacen inevitable que debamos guardar periodos de aislamiento y cuarentena para contener los contagios y tratar de pasar más rápido los picos. Dada esa realidad, es innegable que en este 2021 seguirán existiendo considerables impactos en la economía, especialmente en la de ciudades grandes como Bogotá, cuya dinámica depende de sectores como el comercio que necesita de la aglomeración.

El autocuidado, con medidas como el uso de tapabocas y el distanciamiento social, debe seguir siendo el mensaje para tratar de bajarle la intensidad a cada periodo con alto número de contagios y por eso debe continuar como una prioridad para todos como sociedad. Se trata de mitigar los impactos sobre la salud y sobre la economía. A pesar de esa claridad, también resulta indispensable hacer un llamado a los distintos niveles de gobierno, nacional y local, para implementar otras medidas de alivio y  conservar así el tejido productivo que sobrevive y los empleos que genera.

Ha habido esfuerzos por tratar de generar descuentos fiscales y otros apoyos pero, como ya se ha dicho en reiteradas ocasiones, hay sectores que se afectan con mayor intensidad con la crisis. Los reportes del comportamiento del PIB de la ciudad muestran que el comercio al por mayor y al por menor, el transporte, el alojamiento y servicios de comida, las actividades artísticas de entretenimiento y recreación y la industria manufactura han presentado las mayores caídas en su dinámica (disminuciones superiores a 14% en el tercer trimestre de 2020, a pesar de ser un periodo en el que se redujeron las restricciones). Es conveniente pensar medidas que vayan un poco más allá para algunos casos particulares.

Para el tema cultural, por ejemplo, a pesar de algunos alivios como descuentos de predial o ICA para quienes vieron disminuidos sus ingresos en 2020, las organizaciones que operan en este sector siguen teniendo que sufragar gastos que afectan su flujo de caja en medio de la crisis. Los pagos que deben hacer por los servicios de registro mercantil, que están a cargo de las Cámaras de Comercio, aún son una carga importante. 

Le propuse al Ministerio de Comercio, Industria y Turismo que exima del pago de esos servicios de registro mercantil, por la vigencia 2021, por lo menos a pequeñas y medianas organizaciones artísticas. Considero que es una medida necesaria para ayudarlas a sobrevivir. Es pertinente incluso que el Ministerio estudie esta posibilidad de exención o mayor descuento para otras actividades mayormente afectadas, como tiendas, negocios de barrio, gastrobares y hoteles, entre otros.

Hay otros caminos por explorar para tratar de ayudar a la recuperación en este año. Por ejemplo, si bien el predial crecerá solo en el porcentaje de la inflación para este 2021 y hay también exenciones y descuentos para teatros, museos y jardines infantiles (medidas establecidas en el Acuerdo 780 de 2020 aprobado en Concejo de Bogotá),  creo necesario revisar otros alivios relacionados con el monto de este impuesto.

A propósito de ese tema pongo sobre la mesa algunas ideas. Es conveniente que se evalúe la posibilidad de descuentos de predial para microempresarios que hacen parte del sector industria o comercio. Según una encuesta realizada por el Centro de Estudios Económicos de la ANIF, un 30% de microempresas formales dedicadas al comercio pagan impuesto predial; el porcentaje es de 37% para los dedicados a la industria. Pensar en un margen de reducción para ellos, por lo menos para los más golpeados por la reducción en sus ingresos, es importante en este momento.

En el pago del impuesto de vehículos es necesario tener en cuenta la situación de quienes tienen esos automotores para la generación de ingresos y están afectados por la crisis. Por ejemplo, los que se dedicaban al transporte escolar llevan casi un año sin prestar ese servicio y, este año, algunos colegios iniciarán, pero con  alternancia, lo que lleva a un reinicio lento de su actividad. Un alivio en el impuesto para ellos podría considerarse.

Así mismo, como la Administración Distrital decidió asumir un porcentaje de los costos de renovación de la matrícula mercantil de las personas naturales o jurídicas que se formalizaran a partir de 2021, se debe pensar en un apoyo similar a formales ya establecidos y afectados de forma más grave. Aquellos que desde el inicio de esta emergencia se conocía que pertenecían a una categoría “particular” por ser los primeros en cerrar y los últimos en abrir. 

Es el caso de aquellos que, aún sin cuarentenas, ven su actividad económica restringida por la naturaleza de su negocio. Por ejemplo, el caso de todos los microempresarios que dependían de la realización de eventos. Todos aquellos dedicados a organización, decoración y recreación en fiestas familiares, músicos y otros artistas. Sus ingresos dependían de reuniones que no es posible hacer dado el aislamiento social necesario para contener la pandemia. 

Este 2021 no cambiará sustancialmente la situación de este tipo de empresarios pertenecientes a esa categoría “particular” y, en consecuencia, para los tributos a cargo del Distrito (como el ICA), y para los que dependen del gobierno central como (el IVA o la renta), es conveniente pensar en exenciones o descuentos adicionales.

Es claro que estas medidas tienen un impacto en las finanzas públicas, pero recuperar y preservar el tejido productivo y el empleo es una necesidad urgente para evitar un retroceso social de mayores proporciones. Le sale más caro a la sociedad dejar ir a estos pequeños empresarios por el despeñadero. Aunque algunas inversiones previstas para este año puedan ver su financiación comprometida, el Distrito ya tiene herramientas como un cupo amplio aprobado de endeudamiento del que puede hacer uso. Para la Nación, un esfuerzo parecido al que se hizo en Bogotá para tratar de captar recursos en sectores que no perdieron (incluso ganaron como el sector financiero) es importante para hacer más equitativa la carga tributaria en el país y obtener recursos adicionales que son fundamentales en esta crisis. Si el gobierno nacional quiere hacer una reforma tributaria debería empezar por ahí.

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