1. No hablar con estatuas. Ni siquiera si usted es un político septuagenario que anda buscando votos desesperadamente.
2. Adoptar un votante. No podemos dejar el destino del país en manos de los mismos con las mismas (con las mismas mañas politiqueras), por culpa de esa mayoría abstencionista. Sí o sí, hay que salir a votar. ¡Hagan el favor de ser buenos ciudadanos!
3. No votar por el que diga Uribe. Hay que usar las neuronas propias, no las del otro.
4. Mérmele a las redes sociales. Hay vida más allá de ellas. Salga y desentúmase.
5. Más zapatillas menos pastillas. Siga el consejo de Belén Bellone, residente de Ortopedia y Traumatología del Hospital Pablo Soria de San Salvador de Jujuy, quien es además una gran deportista.
6. Leer todo lo que se pueda y más. Si los libros están caros, lea gratis en las bibliotecas. El portal WMagazin, dirigido por el periodista colombiano Winston Manrique, recomienda buenos libros.
7. Más presencialidad, menos virtualidad. Estamos lejos de cuantificar el impacto negativo que tendrá en esta generación el encierro causado por la bendita pandemia. Somos criaturas sociales por naturaleza.
8. Decirle no a los grupos insulsos de WhatsApp. Tras la guerra Eln – disidencias, que dejó 23 muertos en la frontera con Venezuela empezando este veinte veintidós, una mujer de Saravena, Arauca, desplazada por la violencia, contaba en la radio que a través de estos grupos ella y su gente se informan sobre los muertos en su territorio. Además de ser un testimonio doloroso, me hizo pensar en lo banales que somos la mayoría de nosotros usando los mismos grupos para bobadas.
9. Creer en el poder de las vacunas y agradecer a nuestros padres porque fueron responsables al vacunarnos cuando fuimos niños. Por ellos, llegamos vivos a la adultez, protegidos contra un montón de enfermedades. Entonces ¡no seamos insensatos!
10. Recoger la caca de las mascotas, estén o no lo estén observando. Cumplamos el mandamiento #13: ¡no hacerse el pendejo!
11. Llevarle la contraria al Papa Francisco en lugar de tener más hijos indeseados. Los métodos de planificación existen desde antes de que usted naciera.
12. Ser felices, porque por algo –así suene a chiste- somos el país más feliz del mundo (79%), por encima de Kazajistán, Albania, Malasia y Ecuador. Sin embargo, contradictoriamente, Colombia está en el grupo de países menos optimistas (29%) al lado de Turquía, Bulgaria, Afganistán, Polonia y República Checa. Mi abuelito lo habría resumido en tres palabras: ¡jodidos pero contentos!