Los residentes de María Paz viven atrapados entre la zozobra por la amenaza constante de crímenes que van desde hurto y homicidio, hasta microtráfico y la extorsión. Como si fuera poco, esta situación se ve agravada por la invasión del espacio público y las enormes montañas de desechos que se acumulan en las afueras de las plazas, y que sirven de cortina para actividades ilícitas. ¿Cómo podemos llamarle a esto calidad de vida?
He llevado a cabo visitas frecuentes en colaboración con la Policía Metropolitana de Bogotá y diversas entidades del Distrito y el panorama no puede ser más desalentador: Los comerciantes y residentes, nos comparten relatos desoladores; se sienten presos en sus propias casas o negocios. Han tenido que poner rejas a más no poder en ventanas y puertas para estar medianamente “seguros”. Viven una realidad de encierro, asfixiados por el miedo a ser víctimas de la violencia que impera en las calles.
Las cifras de multi crimen en María Paz son alarmantes, de acuerdo a datos de la Secretaría de Seguridad, en el 2023 con corte 1 diciembre, fueron capturadas 260 personas y se desarticularon 12 grupos criminales en este sector de la localidad de Kennedy, esto como resultado de las acciones interinstitucionales dentro del Plan Bogotá 60, liderado por el Comando Corabastos, las caravanas por la vida y los controles a establecimientos de comercio, esto se traduce en un promedio de 21 capturas por mes, circunstancia que genera una alerta contundente al tener presente que, solo a corte del 31 de enero de 2024, ya se materializaron 39 capturas, casi duplicando el registro.
Por su parte, si tenemos en cuenta las más recientes cifras de la Secretaría de Seguridad durante 2023, en la UPZ Corabastos se presentaron más de 15 homicidios, 197 casos de hurto a personas, cifras que si se comparan con los 63 casos de enero del año 2022, deja en evidencia una diferencia de 134 casos, crecimiento de alto impacto, sumamente preocupante que, nos obliga concluir la necesidad inminente de incrementar las acciones de prevención y control del delito, las cuales exigen la participación directa de la ciudadanía, en su deber de denunciar.
Recuperar esta vital zona de la ciudad exige un compromiso serio desde el Concejo de Bogotá y la Administración Distrital. La seguridad, la gestión de residuos y el bienestar de la comunidad deben convertirse en prioridades ineludibles para evitar que María Paz y Corabastos continúen viviendo bajo la oscura sombra de la delincuencia, por ello he liderado junto con los Concejales Humberto Amín, Julián Espinosa y Marco Acosta la instalación de la Bancada por la Seguridad Distrital donde nuestro principal objetivo es colocar en la agenda pública y como prioridad en el Plan Distrital de Desarrollo y el Presupuesto Distrital a la seguridad.
Esa debe ser nuestra apuesta más importante que no se basa simplemente en la ausencia de delitos, el respeto y la protección de la vida y la dignidad de cada individuo. Abordar este desafío demanda una estrategia que exige sin duda el acceso a un sistema de justicia eficaz que inspire confianza en la ciudadanía y fomente una cultura de legalidad.
Además, quiero recalcar la necesidad de una educación arraigada en valores, el respeto por la ley y la tolerancia, como pilares fundamentales para forjar una sociedad más justa y segura. Como siempre lo he mencionado, la seguridad la recuperamos entre todos por eso debemos enfrentarnos a la tarea de redefinir nuestro compromiso colectivo con la construcción de un entorno donde la dignidad humana y el respeto por la vida sean no solo palabras, sino principios palpables que guíen nuestras acciones y decisiones cotidianas.