Avanza imparable la adhesión de los partidos y movimientos representados en el Congreso, al gobierno y programa de Gustavo Petro, con miras no al futuro del país sino a la repartija de contratos y de puestos. No importan los principios ni las ideologías, solo estar en la burocracia, en la contratación y por qué no, en otros menesteres non santos, amparados o bajo la sombra del régimen.
A casi un mes de tomar el mando ya se les fue la mano en la coalición, que de acuerdo con el nominado presidente del senado y congreso, Roy Barreras, llega hoy a 82 senadores, gran paradoja, la mayoría “antipetristas” -liberales , conservadores, de la U,Cambio Radical etc, etc-.
De promulgar el temor por la estabilidad de la democracia y el bienestar del país pasaron rápidamente a ser furiosos guardianes y promotores del escalofriante menú que Petro le está ofreciendo a los colombianos: reforma tributaria de 55 billones , marchitamiento de la explotación petrolera, utilización de las pensiones de 5 millones de colombianos para subsidiar la base electoral de la izquierda gobernante, destrucción del sistema de salud , hoy reconocido como uno de los mejores en el mundo, para volver a un sistema público de ingrata recordación, el Seguro Social, en fin un cúmulo de reformas que a cada nombramiento ministerial se van anunciando a borbotones .
El ex precandidato presidencial y hoy designado Ministro de Educación Alejandro Gaviria , ha dicho que el primer año del gobierno Petro será el de un gran pacto nacional, todo armonía y participación política. Ellos mismos anuncian la aplanadora en el congreso. Roy Barreras declara que su selección para presidente del Senado se debe en parte a su experiencia en el “fast track” con el cual con Santos, Enrique Santiago, entre otras compañías, produjeron el asalto a la Constitución y al orden jurídico para blindar el proceso de paz con las Farc (e impulsaron de paso la feroz polarización que atrofia desde entonces el progreso del país).
Parecería pintar bien el futuro para ellos pero en nuestro congreso todo puede pasar y las nuevas mayorías de Petro con adversarios de antaño conocen su valor y pronto comenzarán a “negociar” sin rubor , (el mismo que no tuvieron para sumarse al pacto histórico) y ahí se podría armar la de Troya, como también lo predijo el ministro Gaviria, luna de miel de 8 meses. "No hay almuerzo gratis" y menos en la política.
El primer round será la elección del presidente del congreso, donde la aplanadora todavía dócil elegiría a Roy ó podría mostrar sus dientes y optar por uno de los inconformes como el senador Alexander López, que me dicen que está en campaña.
Esta semana por fin salió del closet Juan Manuel Santos y confirmó su apoyo incondicional a Petro. Se entiende claramente que regresen su impronta y su estilo de culto a la mermelada en el congreso. Es posible que funcione pero múltiples experiencias certifican que este tipo de alianzas, basadas en dádivas y contraprestaciones, son frágiles y efímeros porque "no hay cama pa tanta gente" y sobre todo porque la opinión que eligió a los nuevos petristas , les cobrará por ventanilla su incoherencia y la traición a sus ideales.
Una coalición con mayorías “anti petristas" tan interesadas, podría no ser tan sólida como se percibe a primera vista y hasta podría resultar a la larga, un tiro en el pie.
