La fantasmagoría uribista de la conspiración continental

Despierta interés conocer cómo nos ven desde el exterior y especialmente si la mirada viene de Ecuador, país hermano que ha sufrido junto a nosotros de los embates del “huracán bolivariano”. En el innovador medio digital 4P (Cuatro Pelagatos) fundado por periodistas que sufrieron la persecución de Correa, entre los que se encuentra nuestro prestigioso compatriota José Hernández quien ha hecho innumerables aportes al periodismo, he encontrado el artículo del profesor Carlos Espinoza titulado “Colombia: desestabilización o primavera democrática”.

Desde una mirada desapasionada, Espinoza hace un repaso de las distintas percepciones que se han generado en el gobierno y en la opinión pública de la que él cataloga como “marcha pacifica” del 21 de noviembre y sus posteriores replicas, sin dejar de mencionar que “Colombia se sumó en noviembre a la ola de protestas a la vez masivas y marcadas por la violencia que arrancó en Ecuador en octubre y que luego se extendió a Chile” pero, curiosamente, olvidó mencionar a Bolivia, en donde la magnitud de las manifestaciones y sus consecuencias inmediatas han sido de inmensa trascendencia.

Queriendo desligar de cualquier teoría conspirativa, Espinoza se enfoca en “las demandas legitimas” de los manifestantes y resalta que medios como Semana y hasta el mismo gobierno, que en un principio las consideró como parte de una estrategia de “desestabilización orquestada por el régimen de Maduro y las FARC” -teoría respaldada en las declaraciones de Almagro en la OEA sobre este asunto-, han descartado cualquier intención desestabilizadora de la región. Considerando que “la extrema derecha” es la que mantiene viva la teoría de conspiración, Espinoza comete la simpleza de concluir que “lo peor que puede hacer la elite colombiana es seguir alimentando la fantasmagoría uribista de la conspiración continental y no indagar en los problemas estructurales y aceptar la legitimidad de la protesta social.”

“Fantasmagoría uribista de la conspiración”, nada más y nada menos ¡Por Dios! ¡Era lo que faltaba! Luego de tantos años en los que se ha visto corroborada la ofensiva castrochavista en la región y especialmente en Colombia, con unos resultados dramáticos que no se pueden ocultar, nos vienen con esta descalificación desde Ecuador.

¿A “alimentar la fantasmagoría uribista” del narcoterrorismo, del crimen transnacional organizado, de la injerencia de Cuba en la región, de la pesadilla venezolana, de los millones de migrantes frutos de un régimen opresor y genocida con una inmensa frontera con Colombia sin control alguno, de las FARC fragmentadas y cada vez más poderosas aliadas al ELN y a cuanta banda delincuencial que pulula por toda la geografía del país, de la minería ilegal, del contrabando, del lavado de activos más grande de la historia fruto de un acuerdo entre Santos y las FARC, del mar de coca, de la corrupción alimentada durante los años de negociaciones que carcomieron la justicia, el Congreso y el ejecutivo, de la izquierda envalentonada que pretende tomarse al poder en 2022, etc., etc., es a lo que nos dedicamos quienes denunciamos la grave situación del país y de toda la región?

Es vieja la estrategia de las manifestaciones con causas justas, siempre existirán motivos para la protesta ya sea en Francia o en Colombia. Lo que buscan es alimentar el “mea culpa” para que nos demos golpes de pecho y justifiquemos las acciones violentas para no ser calificados como despiadados e insensibles militantes de la “extrema derecha” y seamos tan tolerantes como lo fueron los venezolanos hace veinte años ya.

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