Desde siempre la humanidad ha sido acompañada por las flores y estas han sido parte importante de su vida, historia y cultura.
Las flores permiten que el 90 por ciento de las plantas del planeta se reproduzcan para conservar los ecosistemas, regular los humedales, estabilizar el clima y, algo muy importante, darnos alimento y medicinas.
El hombre ha evolucionado de la mano de las flores, reconociéndolas como fuente de vida y una de las representaciones más bellas e importantes de la naturaleza. Por verlas como una expresión divina y una manera de acercarse a la creación, se calcula que el ser humano comenzó a utilizarlas en ceremonias religiosas y funerarias unos 7 mil años antes de Cristo, y a trasplantarlas y cultivarlas para decoración desde las culturas sumeria y egipcia.
Durante los 10 años que Van Gogh pintó se inspiró en los girasoles, los lirios y las margaritas encontrando la maravilla del color. Flores para cada tres de mayo recordar el triunfo de Constantino, la amapola de noviembre como homenaje a los soldados caídos en la primera guerra mundial o ramos con diferentes especies para celebrar el día de la madre, son apenas una muestra de la importancia de las flores en las diferentes culturas del mundo.
Además, las flores también producen algo tan poderoso como sus semillas, producen sensaciones e inspiran al ser humano. Esa es la razón de ser de las Flores de Colombia: inspirar.
La floricultura de exportación en el país nació a mediados de los años 60 y, gracias a su calidad, diversidad y sostenibilidad son las preferidas en los más de 100 países a los que se exportan. Sus diferentes paletas de color, aromas,formas y texturas no tienen igual.
Hoy, que la humanidad busca con urgencia un cambio de dirección, retornar a la naturaleza y revalorar las relaciones humanas, debemos aún más inspirar al mundo con flores. Ellas crean un impacto directo sobre la felicidad. Numerosos estudios de universidades como Rutgers, Harvard y la Florida reiteran la capacidad de las flores para contribuir a la conexión emocional entre las personas y manejar el estrés, atribuyéndoles un inmenso poder emocional en todos los ámbitos en que se desenvuelve el ser humano para acompañar las expresiones de amor y amistad de personas de todas las nacionalidades.
Si retornamos al poder emocional de las flores, lo relacionamos con la inmensa belleza de las nuestras, y a eso le sumamos que los compradores destacan los inmensos aportes que los floricultores colombianos realizan en materia de generación de empleo, desarrollo de las comunidades rurales y preservación del medio ambiente, es fácil entender por qué durante esta fecha inspiramos el amor, conquistándolos corazones de hombres y mujeres de los cinco continentes.
Como en San Valentín, nuestras flores iluminan al mundo en cualquier ocasión, transmitiendo a la vez lo mejor de Colombia y su gente. El optimismo, alegría, diversidad, espiritualidad y emocionalidad de 200 mil trabajadores formales, directos e indirectos, que genera este sector en nuestras zonas rurales, impregnan cada uno de los tallos que desde los suelos nacionales viajan a diferentes puntos del planeta. Esta es una fecha que debe llenarnos de orgullo porque las Flores de Colombia son sus protagonistas indiscutibles a nivel mundial.
Para quienes lo celebran en Colombia, y también para aquellos que no, feliz Día de San Valentín.
