En complemento a mi escrito anterior titulado “Mares de Poesía”, donde describí algunos mares para nautas llamados “del Bóreas” y “del Austro”, como el Cantábrico, el de Hoces y el de Barentsz, en este manuscrito pretendo hablar de los mares como el Caribe, el del Coral y el austral Tasmánico. Soltemos amarras y zarpemos:
Caribe:
Tengo la obligación de mencionar al extraordinario magister en historia de la Universidad Nacional, Capitán de Navío (RA) Enrique Román Bazurto, dentro de algunos de sus libros como: “Proa en Tres Mares”, “El Caribe mar de la Libertad” y “Análisis Histórico del Desarrollo Marítimo Colombiano” de obligada lectura para los futuros marinos colombianos y en particular destaca las paradojas de un País Marítimo con mentalidad mediterránea. ¡¡Que ironía!
Y nos vamos al segundo de los nombrados y en uno de sus párrafos que a la letra define:
“El Caribe conocido geográficamente, está comprendido entre los meridianos 90º de longitud oeste, que atraviesa Guatemala, y 60º de longitud oeste, que pasa aproximadamente por la desembocadura del rio Orinoco; hacia el norte la región está limitada por el trópico de cáncer, que corre entre Cuba y la península americana de la Florida, y hacia el sur, por el paralelo 8º norte que pasa, también aproximadamente, por la ciudad colombiana de Bucaramanga. Dentro de ese rectángulo astronómico encerrado por el inmenso paréntesis que forma el litoral continental de un lado y la guirnalda insular de las Antillas por el otro, está el mar Caribe, llamado también de las Antillas, con una superficie de 4.320.000 km2, que lo hace el mas extenso de todos los mares mediterráneos del mundo. Geopolíticamente el Caribe comprende el mar mismo y las tierras que lo circundan. “Se tiene así un mar cuyo contorno esta formado por Centro América a la cual agrega parte de la península mexicana de Yucatán, por el lado occidental. La parte septentrional de Colombia y Venezuela por el sur, alargándose hasta tomar contacto con Guyana. Finalmente, termina el contorno del gran arco en forma de guirnalda de las Antillas que une los dos extremos anteriores” y termina la definición con la enunciada en la Enciclopedia General del Mar: “Es esta zona una de las mas fragmentadas y complejas del mundo y la región del globo cuyos componentes tienen mas dueños. Se cuentan allí naciones completamente independientes… colonias; federaciones de contorno indeciso subordinadas a grandes potencias…; departamentos ultramarinos y estados asociados y libres al mismo tiempo. En general están representados casi todos los status en que pueden formarse de acuerdo al derecho internacional”.
La guerra marítima durante la independencia de Colombia, en el periodo correspondiente a los años de 1810 a 1830, y de la participación del componente naval, hubiera sido casi que imposible, o por lo menos muy difícil, desalojar a los Españoles de Costa Firme, por la simple razón de que sus abastecimientos y tropas expedicionarias, no tenían otras rutas que las del Mar Caribe, escenario en donde se desenvolvieron la mayoría de los acontecimientos y enfrentamientos y en el cual navegaron incansablemente los marinos patriotas que, con ayuda de los corsarios, cortaron las líneas de comunicaciones marítimas de España, hasta asfixiarle su comercio exterior con la América hispana, e impedirle el flujo de pertrechos militares y tropas peninsulares de refresco a Costa Firme y llegar a la fatídica fecha de la Batalla Naval del Lago de Maracaibo en donde el almirante José Prudencio Padilla, derroto definitivamente a los peninsulares.
Es importante señalar que la palabra Caribe nos evoca alegría y fiesta y de su gente amigable y fiestera, pero se esta hablando de una de las regiones territoriales de nuestro país y nunca del mar que lo baña. El mar en si, es otra cosa; me explico: cuando se derrota hacia el septentrión encontraremos el llamado “mar de proa”, combinado con corrientes y vientos, que no solo ralentiza el avance de las naves, sino que produce el incomodo “cabeceo” y la “guiñada”, lo cual causa un malestar embarazoso. Viajar a la Guajira desde Cartagena es algo complicado y normalmente los jóvenes cadetes y grumetes embarcados por primera vez, son literalmente bautizados en el mar Caribe.
Mar del Coral.
El mar del Coral se encuentra situado en el oeste del océano Pacifico, frente a la costa nororiental de Australia. En el mismo se encuentra una serie de islas deshabitadas que llevan el nombre de islas del mar del Coral, entre las que se encuentran los islotes de Willis, Coringa y Tregosse. El mar del Coral toma el nombre de su rasgo más característico, la Gran Barrera de Coral, el cual es el mayor arrecifes coralino del mundo.
De acuerdo con la Organización Hidrográfica Internacional se fija convencionalmente el límite entre el mar de Tasmania y el mar del Coral en la continuación de la frontera entre los estados australianos de Queensland y Nueva Gales del Sur.
De ese mítico crucero (1988), quiero retrotraer las palabras escritas cuando arribamos a ese amplio sector del océano Pacifico: <Y como al que no quiere caldo se le dan dos tasas, entramos a la Melanesia, para recalar después de 30 días de navegación, en Papúa Nueva Guinea, cuya capital es Port Moresby, en la gran Isla, pero nosotros llegamos a la Isla de Nueva Irlanda, cuya capital es Rabaul, donde los japoneses durante la guerra del Pacífico, construyeron formidables instalaciones, dentro de la montaña, para enviar lanchas torpederas y hundir algunos buques de la flota americana. Gestas heroicas se vivieron en esa época. La moneda es la "Kina" y el símbolo nacional es el "Ave del Paraíso"; que exuberancia!!; el Primer Ministro anda con el llamado “Zae Mae” (especie de falda) y el alcalde con el torso desnudo y collares de coral; la mayoría masca a manera de chicle una nuez conocida como la "Bettle Nut", que tiene propiedades estimulantes y alucinógenas. Mejor dicho "La locura caminando", pero bien>.
Cuando zarpamos en derrotero hacia Sídney en Australia y conmemorar los 200 años de la llegada de los primeros colonizadores, estamos entrando en un sector donde todo cambia, hay bruma espesa, los vientos se cruzan y el mar se torna de un azul profundo, mientras en la superficie, la espuma se desgajaba por el viento que, de nuevo comenzaba a arreciar. Pusimos velas bajas de capa, como los estays de gavia y mesana, las velas cuadras como el trinquete, la mayor y los velachos y gavias y por supuesto se aferraron las altas. Siguieron algunos días de fuertes vientos racheados, con calmas transitorias hasta que la tempestad se desencadenó, como si de repente se hubieran abierto las puertas del infierno. Comenzó con apenas unas ráfagas de viento que vinieron a romper la fantasmal calma. La niebla se disipó en un abrir y cerrar de ojos y, en el mismo lapso de tiempo, el velero fue zarandeado como una cascara de nuez, mientras una extraña fosforescencia dibujaba la cresta de las olas y un fuerte aguacero lo empapaba todo. Ya los timoneles tenían la instrucción clara de no dejarse sacar del rumbo meridional y así transcurrió la noche. Amaneció y vimos por el costado de estribor el faro del arrecife de Bounganville llegando a la costa australiana y habíamos dejado el mar del Coral y estábamos entrando al temido Tasmánico por el norte.
Igual si nos remontamos a la segunda guerra mundial, sabemos que este mar fue testigo ocular sobre la batalla del mar del Coral, la cual fue una ofensiva naval entre Japón y fuerzas aliadas principalmente de la Armada de los Estados Unidos, librada en mayo de 1942 en dicho mar. Fue una de las estratagemas clave del Teatro Asiático en esa guerra y significó el primer fracaso de una ofensiva nipona. Aunque los japoneses infligieron bajas importantes a los estadounidenses, sus propias pérdidas les impidieron ejecutar la Operación Mo, o sea la invasión de Port Moresby. Además, dos portaaviones japoneses que estuvieron en la batalla resultaron dañados y no fue posible participar en la batalla de Midway la cual marcaría un punto de inflexión en el curso de la guerra en el Pacífico.
La batalla del mar del Coral fue la primera batalla de portaviones en la historia, también fue el primer combate donde las fuerzas navales nunca se vieron directamente, ni estuvieron al alcance de la artillería enemiga.
Continuará el próximo 04 de noviembre de 2022.
