En el 2014, fui elegido como Representante a la Cámara del partido Centro Democrático por el departamento de Antioquia. Con tan solo 31 años, me convertí en uno de los congresistas más jóvenes para ese entonces. 4 años más tarde, gracias al apoyo ciudadano tuve el honor de ser Senador de la República.
Han sido años llenos de grandes experiencias, de amor por Colombia, de trabajo arduo y de un compromiso inigualable. Un reto sin duda, que asumí con entereza y determinación, porque amo a este país y desde mi primera campaña, me comprometí a no defraudar la confianza, que fueron depositando en mí, miles de votantes.
Ahora el turno será para otros congresistas, quienes tendrán como misión seguir apostándole al desarrollo de Colombia. Por mi parte dejo dos grandes proyectos de mi autoría, que espero verlos convertidos en ley. El primero de ellos es el de la reglamentación del acto legislativo, que convirtió a Medellín, en Distrito Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación. Y el segundo, el de la profesionalización, emprendimiento y protección del sector creativo.
Durante mi labor como congresista, fueron muchos proyectos en los que trabajé. Puedo decir con orgullo que fui ponente de varias iniciativas como la ley que permite luchar contra el dopaje en el deporte o la ley de delitos ambientales, para el patrimonio ambiental y biodiversidad de todos los colombianos, también del proyecto de ley que busca, desde la educación, prevenir el consumo de sustancias psicoactivas, y coautor del que prohíbe los vehículos de tracción animal para fines turísticos.
Además, fui autor de la Ley anti desperdicios de alimentos, que pretende combatir el hambre, desde la reducción de pérdidas y desperdicios de alimentos, realizando un manejo adecuado y priorizando como destino final el consumo humano.
Así mismo, fui ponente de la ley que promueve el acceso a la justicia local y rural, para centrar la política del sistema de justicia en el ciudadano y facilitar el libre ejercicio de sus derechos y el cumplimiento de sus deberes y de la misma manera, del proyecto que le da a los cabildos indígenas y comunidades afro, la posibilidad de celebrar contratos con entidades estatales.
Logramos aprobar, también como ponente, el proyecto de seguridad ciudadana, para proteger a los ciudadanos de los criminales y fuimos pieza clave en la creación del Ministerio del Deporte.
Por supuesto, hubo propuestas que no prosperaron como la que buscaba reducir el receso legislativo. Sin embargo, como coautor y ponente insistí incansablemente, para dar debate, como a muchos otros proyectos que trabajamos durante estas dos legislaturas, y que no menciono para no extenderme, pero me llevo la satisfacción de que fueron numerosos los logros que sacamos adelante.
Han sido 8 años de un trabajo transparente y eficiente, 8 años en los que logré hacer una legislatura seria, coherente y con argumentos. Fui un congresista con carácter, sólido jurídicamente, mediador y con gran capacidad para lograr consensos. Trabajador incansable por mi región, pero sobre todo un apasionado por Colombia. Una pasión que seguirá intacta, desde cualquier otra esfera en la que me desempeñe.
Hoy que termina mi legislatura, agradezco a Dios principalmente, por la oportunidad que me brindó de poder servir a mi país, al presidente Álvaro Uribe, que me dio su respaldo para iniciar este camino, a mi familia que no escatimó esfuerzos en demostrarme su apoyo, a mi equipo, que trabajó incansablemente y a todos los apasionados por Colombia, que creyeron en este grandioso proyecto. Aunque con altibajos, el Congreso, fue una época excepcional, que además me trajo lo más especial de mi vida: mis hijos, Benjamín y Eloisa.
