No se trata de cualquier empleo para la juventud

Después de la crisis que se vivió en Cali por las tensiones ocasionadas por las marchas, hace unos días, la Alcaldía de esa ciudad hizo el siguiente anuncio: En cabeza de la Secretaría de Infraestructura, vincularán laboralmente a 100 jóvenes integrantes de la ‘primera línea’, que no cuentan con experiencia laboral, y así no solo contribuir a la reactivación económica de sus familias, sino también de la capital del Valle del Cauca. La iniciativa tiene varios puntos positivos pero también unos negativos que vale la pena discutir.  

En efecto, es positivo que desde el sector público se busque la dinamización de la economía de Cali y que para ello identifique que hay jóvenes con capacidad de trabajar. También es interesante que no les exijan experiencia laboral, pues resulta contradictorio generar una barrera de ingreso a quienes no han tenido un trabajo anteriormente. Generar un vínculo emocional entre el joven con la construcción de su ciudad es una estrategia interesante para que estos marchantes insatisfechos cuiden a Cali. Finalmente, el hecho de que la Alcaldía de Cali haya ofrecido empleos laborales y no contratos de prestación de servicios es un paso para que estos jóvenes entiendan el valor de la estabilidad laboral, así decidan no seguir en ese camino.  

Pese a esos puntos positivos, pareciera que esa decisión no es para ayudar a los jóvenes de Cali sino para controlar a los que están en ‘primera línea’. Comento esto debido a que la situación de crisis no solo la viven los que se arriesgaron a salir a las calles a marchar sino en general hay jóvenes también padeciendo la crisis económica. Sin embargo, promover soluciones sólo para los que están en ‘primera línea’ envía un mensaje perverso: si protestas te damos un empleo en la Alcaldía de Cali. Si te quedas en casa no vas a recibir nada. Lo anterior se vuelve aún más complicado al tratarse de empleos públicos que, como la Constitución lo establece, deben ser de carrera, es decir que su acceso se da por concurso y no por el simple hecho de marchar. Ante esta realidad: ¿bajo qué legislación van a vincularse estos 100 jóvenes en Cali? ¿cuánto tiempo van a poder tener ese empleo? 

Más allá de las tecnicidades legales, el caso de Cali nos obliga a abrir la discusión sobre la necesidad y la obligación que tenemos de ofrecer empleos a los jóvenes, pero no cualquier empleo sino aquellos que estén ligados a que se proyecten como ciudadanos del mundo. En ese sentido, más que buscar soluciones coyunturales, nuestra obligación es promover a que esos jóvenes tengan una educación sólida y de calidad. En efecto, en el siglo XXI el conocimiento se ha vuelto el activo más importante que tienen las personas, las organizaciones y las compañías. Por ello, si el sector público decide ofrecer empleos para jóvenes deberían ser aquellos que se sustenten en conocimiento que sea competitivo en Colombia y en otras partes del mundo. Ejemplos de esos empleos son el desarrollo de software que puede ser empleado por alcaldías de todo el país o por las compañías de cualquier rincón del mundo que requieran expertos en codificación de software. Este tipo de conocimiento y habilidades laborales les puede brindar soluciones estructurales. 

Lo anterior me hace cuestionar la estrategia ofrecida por la alcaldía de Cali desde tres puntos de vista:  

  1. ¿se trata realmente de una oferta de trabajo que ayude a los jóvenes? o más bien ¿se trata de una estrategia coyuntural para controlar a los líderes de la primera línea de las manifestaciones?  

  1. A corto plazo esa solución ayudará a los líderes del paro, sin embargo, a largo plazo esta solución quizás los estancará en empleos que serán reemplazados por máquinas dejando a estos jóvenes nuevamente en situación de vulnerabilidad social.  

  1. Es responsable usar los recursos públicos fomentando empleos de baja cualificación para los jóvenes renunciando a proyectarlos desde una economía basada en el conocimiento. En ese sentido: ¿por qué pensar que estos jóvenes que están saliendo a marchar no pueden ser entrenados para ser desarrolladores de software que sean requeridos por los mercados internacionales? 

Desde Avanciencia, creemos que es muy importante que las autoridades públicas enfoquen sus políticas para fomentar a las juventudes enfocadas en la posibilidad que tienen estos ciudadanos de formarse para tener empleos de calidad para el resto de sus vidas, no sólo para el ahora. Igualmente, enfatizamos que debemos promover la inserción de los jóvenes, no a las economías del siglo XX, sino a las economías del conocimiento en donde la ciencia y la tecnología juegan un papel preponderante y por ende se requieren jóvenes con capacidad de proyectarse en estas. 

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