Parce, no se vaya de Colombia, cambiémosla juntos

Muchos jóvenes ya no sienten amor por Colombia, la ven como un país sin futuro, sin progreso y que se está quedando en el olvido; es así, que muchos prefieren irse y hacer su vida en otra nación. Pero, hemos pensado qué pasaría si… Todos nos fuéramos.

Si todos nos vamos ¿Quiénes van a tomar las decisiones nuestras? ¿Quiénes serán los que pullen a aquellos viejos que no se quieren ir del poder? Dejémonos de vainas, los jóvenes –por naturaleza- son revolucionarios, son activos e inconformes. Se interesan, tarde o temprano, por su territorio. Y, en ese punto es donde se desaniman.

Colombia no es un paraíso, tiene un millón de problemas, tiene múltiples dificultades y antes de pedirles que se queden, seamos coherentes y analicemos, como está nuestro país.

Inicialmente, encontramos una Colombia inculta, porque si pensamos que la cultura es solamente las muestras folclóricas “Estamos en la olla” la cultura va mucho más allá de un bambuco y está en cosas tan simples que se encuentran en su significado. Hagamos el ejercicio y busquemos en Google *Significado de Cultura* allí nos va a arrojar: “Conjunto de conocimientos, ideas, tradiciones y costumbres que caracterizan a un pueblo, a una clase social, a una época, etc.” Es decir, las costumbres que nos caracterizan hacen parte de nuestra cultura, y vaya cultura tenemos que vamos es madreando a quién se nos atraviese. Vaya cultura que tenemos que ni siquiera conocemos nuestro municipio o al menos nuestro barrio –pero ni eso- hagamos una introspección ¿Cuántos municipios tiene nuestro departamento? ¿Cuántas comunas hay en nuestro municipio? Con esas preguntas nos damos cuenta que nos falta mucho por conocer. Entonces, como nos vamos a ir de un lado que no hemos acabado de visitar.

Ahora, Colombia no es un paraíso, socialmente nos falta demasiado. Tenemos políticas públicas que se quedan solamente en papel, políticas que suenan hermoso, pero al momento en que se van a aplicar, no funciona nada. Y aquí es donde debemos mirar a qué clase de país le estamos apostando. El campo social es muy amplio, no podemos centrarnos en un solo un enfoque, pero si podemos mirar a ver cuál va a ser nuestro aporte a la comunidad. Parce, mire es sencillo, nadie piensa como usted y eso es una ventaja. Usted ve conflictos y necesidades en sus amigos ¿Verdad? Por qué no pensamos en cómo solucionarlos, intentemos mirar de qué forma pasamos del discurso a la acción y aprovechamos esa ira e inconformismo volviéndolo un potencializador de nuestra gestión. En resumen, si usted se quiere ir del país, es a buscar soluciones para usted ¿Ha pensado en el resto? En aquellos que les toca quedarse aquí en un país injusto y corrupto. Quédese más bien, busque como ser un ejemplo a seguir y al mismo tiempo, busque impactar positivamente a su comunidad. No le estoy diciendo que, con millones, no le estoy diciendo que saque de donde tiene, con lo que usted tiene y sabe bastará, bastará para darle esperanza a aquel que cree haberlo perdido todo.

Lo último que tocaré en la columna –para no aburrirlos- es el lado económico, empecemos que los jóvenes somos inquietos y muchos montamos emprendimientos creyendo que eso “nos sacará de pobres”, luego, solo bastan un par de días para darnos por vencidos y creer que todo se viene abajo. Ahí es el momento en donde uno debe repensar lo que hace en la vida; pero, que no venda no significa que Colombia no sirva, quizás hay que mirar de qué otra forma debe vender. Ahora, no le diré que trabajo hay, no le diré que Colombia tiene en estos momentos un millón de oportunidades, pero ¿Si generamos oportunidad? ¿Cambiaríamos las cosas?

En fin, concluyamos esta vuelta, sin oportunidades os aburrimos, sin garantías nos desanimamos. Pero, eso no quiere decir que todo esté perdido, miremos una nueva forma de lucha, miremos a ver de qué forma podemos darnos un nuevo estilo de vida. No gracias a políticos y mucho menos al sistema paupérrimo de Colombia, pero estoy seguro que, si nos “paramos duro” para sacar a nuestra gente adelante, lo lograremos. Nos han estafado durante mucho tiempo, nos han robado hasta lo que no tenemos… Eso nos debe hacer más fuertes.

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