El Plan de Ordenamiento Territorial - POT es el instrumento básico definido en la Ley 388 de 1997, para que los municipios y distritos del país planifiquen el ordenamiento del territorio. El POT contiene un conjunto de objetivos, políticas, estrategias, metas, programas, actuaciones y normas que orientan el desarrollo físico del territorio y la utilización o usos del suelo.
A través del POT se ordena el territorio urbano y rural, hasta el punto de establecer los programas y proyectos que permitirán acercarnos a la visión de la ciudad en la que queremos vivir en el futuro. Entre los temas que se deben revisar están el acceso de la ciudadanía a servicios públicos, la vivienda, las vías, y los equipamientos. También plantea una serie de reglas de juego que permiten orientar las inversiones públicas y privadas, necesarias para que cada vez mejoremos la calidad de vida de quien hoy la habitamos, de las nuevas generaciones y de quienes habrán de llegar.
Quibdó, con toda su problemática que hemos visibilizado ampliamente a través de esta columna, no tiene un POT actualizado, que permita que la ciudad que soñamos, avance y se mejore sustancialmente el nivel que queremos para todos sus habitantes.
El POT del municipio de Quibdó, dadas las condiciones actuales debe ir más allá de lo establecido para un Plan Básico de ordenamiento territorial como lo determina la Ley de Desarrollo Territorial, Ley 388 de 1997 por ser Quibdó, capital de departamento con una dinámica de crecimiento y por ser centro administrativo del Chocó. Esta herramienta es necesaria para crear las condiciones de habitabilidad urbana y rural que requerimos, abarcando las relaciones de integración con nuestro entorno físico natural, un crecimiento razonable y ejemplar a escala regional, una consolidación basada en la modernización y dotación de infraestructuras y servicios suficientes para todos, y las condiciones necesarias para seguir impulsado su capacidad de innovación y producción de espacios de calidad para todos sus ciudadanos.
Toda modificación o alteración de ese Plan, debe ser asumida de forma seria, coherente y sobre todo concertada con la comunidad. Cosa tal, al parecer no hizo el Alcalde de Quibdó, cuando expidió el decreto 0182 del 05 de julio de 2022 "por medio del cual se autoriza el cierre temporal de unos ejes viales en el centro de la ciudad y se dictan otras disposiciones".
En esta ocasión, el alcalde de nuestra “Villa de Asís” tal cual nos tiene acostumbrados, expidió esta “belleza” de decreto con el que pretende cerrar, eso sí, temporalmente, hay que aclarar; la calle 31 entre carreras 3 y 1, la carrera 5 entre las calles 27 y 29, permitiendo la circulación exclusivamente de peatones, “con el fin de garantizar su desplazamiento y desempeño seguro en la realización de sus actividades y necesidades de sano esparcimiento”.
Lo que usted, lector desprevenido no sabe, es que este eje vial es nada más y nada menos que la llamada Zona Rosa de Quibdó y donde de hace un tiempo para acá, se convirtió en un pandemónium, causado por un centenar de rumberos que perrean en plena calle, impidiendo la normal movilidad de vehículos y transeúntes
El horario de este decreto, rige los viernes, y sábados desde las 8 pm hasta las 5 am, domingos sin lunes festivos, desde las 8 pm hasta la 1 am, domingos con lunes festivos desde las 8pm hasta las 3 am. Lunes festivos desde las 8pm hasta la 1 am. ¡Hágame el bendito favor!
El meollo del asunto es, que este cierre de la zona de rumba, afecta la libre movilidad de los ciudadanos que Dios nos guarde, tengamos una urgencia y precisemos a esas horas, traslado al Hospital San Francisco de Asís, ya que las tres únicas vías de acceso, son precisamente las que el señor alcalde de los quibdoseños acaba de decretar cierre y otra que está como para practicar Off Road.
Para el Presidente del Concejo Municipal, Cesar García Sánchez, es una “alcaldada” del mandatario, pues el sentido común le impediría expedir un decreto que va en contra del bienestar de sus conciudadanos.
Lo mismo piensa el concejal Bower Jasen Mosquera, pero agrega que “a leguas se ve, que ese decreto es con el objetivo de favorecer a los propietarios de los establecimientos de rumba de la zona”.
Según ellos, en próximos días, “pasarán al tablero” al Secretario de movilidad y al de gobierno en una sesión de control político, promovido por el Honorable Concejo de la ciudad capital, para que expliquen a la comunidad este y otros temas.
El burgomaestre de los Quibdoseños debería asesorarse mejor sobre este y muchos temas coyunturales de esta aldea con semáforos, ya que la vía Pacurita y el barrio El Jardín – sector La 18 también se convirtieron en rumbeaderos al aire libre, este último, ruta principal para llegar al Hospital Municipal Ismael Roldan.
Como Quibdó sigue creciendo, así sea en forma desordenada, es muy importante que preveamos todos los soportes ambientales y de infraestructuras que vamos a necesitar en las siguientes décadas, para alojar a nuestros futuros conciudadanos y para garantizar que ellos y nosotros, podamos gozar de las mejores condiciones de habitabilidad, movilidad y abastecimiento alimentario, entre muchas otras cosas, así como de una capacidad robusta de reaccionar ante eventos naturales catastróficos.
El nuevo POT de Quibdó se debe diseñar para un horizonte a largo plazo, para que los proyectos de intervenciones físicas e infraestructuras alcancen a construirse y a ponerse en funcionamiento.
Debido a que implica una gran responsabilidad con todos nuestros conciudadanos, el diseño del POT requiere la elaboración de un diagnóstico completo sobre el estado actual de la ciudad y su entorno natural y rural. Diagnóstico dentro del cual se deben incluir proyecciones de las demandas en el largo plazo de servicios ambientales, infraestructuras y condiciones físicas para la habitabilidad y el acceso a servicios sociales y comunitarios.
Es así como el POT, como un ejercicio de planeamiento de largo aliento, debe basarse en la comprensión del espacio en el que vivimos, la forma en que lo hemos ocupado, las actividades económicas de las que depende nuestra subsistencia como comunidad, hablando directamente de La Alameda Reyes y otros sectores que “a la fuerza” se volvieron comerciales, para habitar nuestra ciudad y disfrutarla en condiciones seguras, eficientes y armónicas con la naturaleza. Por algo, somos considerados “Pulmón del Mundo”.