Enrique Herrera Araújo

Experto en Desarrollo Rural, Tierras y Agro. Abogado, Especialista en planificación y administración regional del Cider y Magister Artis en Administración Pública del Instituto Ortega y Gasset de Madrid, España. Con vasta experiencia en el sector público y analista de políticas públicas del sector tierras, desarrollo rural y de política electoral.

Enrique Herrera Araújo

Sin consulta no hay paraíso (político) en 2026

Si se quiere ser presidente en 2026, no hay atajos: el primer bautizo de las urnas será la consulta interpartidista del 8 de marzo (en simultánea con Congreso). Sin coalición validada en las urnas, no hay candidatura viable. Punto.

Hasta diciembre, cada aspirante jugará en solitario. Ese tiempo depurará la lista: algunos no despegarán, a otros no les alcanzarán las firmas o el aval. En diciembre llegará la verdadera negociación: reglas, cronograma y metodología de las alianzas. Y no será una sola; serán, como mínimo, tres.

1) La izquierda.

El Pacto avanza con reglas propias: en octubre definirá su carta con una consulta interna entre varios nombres conocidos. el imputado Daniel Quintero, Gustavo Bolívar, María José Pizarro, Susana Muhamad, Carolina Corcho  y otros más. Estaría por verse si también participa Iván Cepeda.  Quien gane llegará a la interpartidista del 8 de marzo —el “frente amplio” que han prometido— a medirse con otras vertientes afines. De ahí saldrá su apuesta para la primera vuelta.

2) La derecha.

El Centro Democrático definirá su ficha en septiembre Ese nombre competiría en marzo con otros aspirantes que lleguen por firmas o avales (p. ej., figuras con perfil de orden y seguridad). El vencedor pasará a la primera vuelta. En esa interconsulta podrían estar Juan Carlos Pinzón, Abelardo de la Espriella, no sé si Vicky Dávila y otros más.

3) El centro y la centroderecha.

El grupo más complejo de ordenar: Fajardo, Oviedo, Mauricio Cárdenas, David Luna, Galán, Peñalosa, el de las regiones y otros más. Cuantos más candidatos, más difícil acordar reglas; pero si obtienen una votación copiosa en marzo, pueden llegar fuertes a mayo.

A Claudia López la veo sola. Nadie la quiere en su combo; y muchos candidatos estarían pensando si les interesa la consulta de la derecha o de la centro derecha. 

Pero no sólo serán nombres negociando las reglas del juego. Los partidos liberales, de la U y conservador, que no tienen nombres fuertes, también jugarán en las alianzas. Sus bancadas, maquinarias territoriales y estructura valen oro en una contienda cerrada.

Y en cuanto al ánimo electoral, con el asesinato de Miguel Uribe, no se sabe si se encaminará a la elección de un hombre fuerte, tipo Bukele o Milei o Bolsonaro o Trump o Erdogan  o más bien, ante el cansancio de la camorra diaria, el electorado prefiera un líder firme pero moderado y decente. Todavía es muy pronto para saberlo. 

Pero sí  la seguridad se impone como tema número uno y la gente va a votar en primer lugar por seguridad, la menos creíble para conjurarla es  la izquierda; de ahí que la contienda para la presidencia se daría entre  el centro, la centroderecha y la derecha.

Una cosa es segura: después del 8 de marzo no habrá espacio para llaneros solitarios. Las consultas serán el filtro de legitimidad y el trampolín de quien llegue a la primera vuelta con aire en la camiseta, narrativa clara y alianzas reales. El resto será ruido.

El tablero ya está dibujado: septiembre y octubre (definiciones internas), diciembre (pacto de reglas) y marzo (la gran interpartidista). De ahí saldrá la foto de mayo. Y, como siempre, ganará quien entienda que en política las mayorías no se declaran: se construyen.

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