Colombia vivió una jornada histórica el pasado fin de semana. Por primera vez en la historia del país, se realizaron las elecciones a los Consejos Municipales de Juventud. Un triunfo de la democracia y de los jóvenes que han reclamado ser ecuchados. Y así fue, fueron escuchados y esta elección suponía un gran paso en la consolidación de los espacios de participación para ellos. A pesar de esto, la
fiesta democrática del pasado domingo se vivió con emociones encontradas.
Se eligieron 10,837 consejeros, que en su mayoría pertenecen a los partidos Liberal, Conservador y Cambio Radical, que fueron las listas más votadas. Los elegidos representarán a las juventudes ante las instituciones municipales del Estado. A pesar de la importancia, solo 1,2 millones de jóvenes entre 14 y 28 años, se acercaron a las urnas, lo que representa una abstención de casi el 90%, teniendo
en cuenta que el total habilitado del censo es de 12.2 millones de jóvenes. Lo anterior es preocupante, sin tener en cuenta el alto porcentaje de los votos nulos que ascendió a 291.000, casi el 23% de la votación final.
El inmenso protagonismo de los jóvenes en las protestas sociales que se vivieron, en los últimos meses, auguraba que su participación en las urnas iba a reflejar la inconformidad manifestada, pero no fue así: los jóvenes exigen, pero no eligen.
Estas elecciones ofrecen la oportunidad de conformar órganos colegiados con liderazgos políticos frescos y diferentes. Si bien fueron elegidos quienes ejercerán este papel, la abstención demostró que la desidia de la juventud hacia la participación democrática es evidente y latente.
El MOE Valle, afirma que algunas personas habrían llegado en buses a los puestos de votación y que podría tratarse de trasteos de votantes. Esto demuestra que a pesar de que los jóvenes y ciudadanos en general piden cambios en la clase y las costumbres políticas, nuestra cultura pareciera no tener memoria, y que, a solo unos meses de haber cesado el estallido social, el país volvió a reflejar su realidad política y cultural en este ejercicio.
Solo queda esperar y tener la fe democrática de que aquellos jóvenes consejeros elegidos, ejercerán con dignidad la representación, motivarán e inspirarán a los jóvenes para que hagan parte de estos escenarios democráticos y legítimos, desde donde podrán generar los cambios que reclaman, desde el seno de esta naciente institución como lo es el Consejo Municipal de Juventud.
El diálogo social sereno y respetuoso, la participación ciudadana y el consenso son la fórmula con la que nuestro país puede encontrar los caminos que conduzcan a superar la crisis social en la que nos encuentramos sumidos. El pueblo colombiano desconfía de las instituciones, pero la abstención y la falta de participación no son la forma de superar la crisis y generar confianza. Por el contrario, ahonda en las diferencias y en las divisiones sociales.
Es el momento de la participación ciudadana. La generación de confianza es en doble vía. ¡El gobierno le cumplió a los jóvenes, pero los jóvenes no le cumplieron a la democracia!. Es hora de hacer una llamado a la unión, a la reflexión y un llamado para que trabajemos de la mano, cohesionados y entendiendo que la meta es una sola: Colombia. Los jóvenes debemos entender que tenemos deberes frente al Estado, la democracia va más allá de las redes sociales.
