Hablemos de un tesoro que no tiene oro, pero sí lo es. Posee una altura aproximada de 3.400 metros sobre el nivel del mar. Su terreno está cubierto por frailejones, tiene pequeños bosques bajos y dispersos entre ellos. En muchas ocasiones, empoderado y orgulloso, saca lo mejor de sí para vislumbrar arroyos y pequeños lagos. ¿Aún no sabe quién es? Aquí, más pistas: es un verdadero oasis de agua pura para Bogotá y el país, se encuentra en los cerros orientales, muy cerca del centro financiero de Bogotá y por si fuera poco, es indispensable para Colombia.
Con todas estas estelas, creo que ya lo tiene claro. Es el Páramo Cruz Verde, que forma parte del Complejo Cruz Verde – Sumapaz, considerado el sistema de páramos más grande del mundo. ¿Y quiere saber algo más? Chapinero cuenta con una amplia zona en la Reserva Forestal Protectora Bosque Oriental Bogotá, con una extensión aproximada de 13.142,11 hectáreas, que con la vereda El Verjón Bajo, el Páramo de las Moyas y algunas áreas de Franja de Adecuación de Cerros Orientales, ubicados en la UPZ 98, pertenece a esta preciosa joya que comienza a una distancia de 10 kilómetros de la capital y se extiende a los alrededores de la vía que comunica a la ciudad con Choachí, Cundinamarca.
El Páramo Cruz Verde, al igual que todos los páramos, cumple con tres funciones ecológicas indispensables para la vida humana: el almacenamiento de agua, la regulación del ciclo hidrológico y el albergue de especies esenciales en el ecosistema. Si hablamos de Bogotá, el suministro del líquido preciado depende casi en su totalidad de ellos. Según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, el 70% de la superficie terrestre está compuesta por agua. Colombia fue considerada como potencia hídrica a nivel mundial, sin embargo, para el año 2008, había descendido del cuarto puesto al 24 en disponibilidad de este elemento de la naturaleza. ¡Situación preocupante!, pues, para nadie es un secreto, que la reserva de este recurso, tiene un efecto directo en la seguridad alimentaria, la salubridad y la vida.
Cruz Verde, como casi todos los tesoros ambientales del país, se encuentra gravemente amenazado: el desconocimiento ciudadano y administrativo de su valor e importancia, ha significado que creamos que es infinito y que ni siquiera se encuentre delimitado, el turismo irresponsable, la ampliación de la frontera agrícola y urbana, los cultivos de papá y la ganadería, vienen ganando espacio al hogar del oso altoandino y las miles de especies únicas y diversas que allí habitan.
Aunque todos compartimos la idea máxima de proteger los páramos y las especies amenazadas por el desarrollo desaforado de las ciudades y las industrias, son miles las barreras que se presentan a la hora de tomar acciones para su protección y conservación. La ausencia de delimitación y de norma limita a los Gobiernos Locales y Regionales para la destinación de recursos y la materialización de estrategias estructurales para frenar su destrucción.
Si bien, se vienen desarrollando procesos nacionales y regionales importantes para la delimitación de páramos y la producción de normas de protección ambiental, dichos procesos aún no son suficientes. La protección y conservación de los páramos solo será una realidad, el día que cada campesino, niño o niña de nuestras ciudades y veredas, sientan en su corazón que la caída de cada frailejón es un paso más hacia nuestra propia extinción.
No todo está perdido, y ante la dificultad sobreponemos la esperanza. Acciones, que aunque parezcan pequeñas, sumadas, serán la clave para generar la fuerza que permita la construcción del sentimiento y la conciencia ambiental que requiere Colombia. Como ciudadano y Alcalde Local de Chapinero, he puesto mi grano de arena en la formulación de proyectos cimentados en la conservación y restauración, promoviendo la interconectividad entre los ecosistemas de cerros orientales, el bosque alto andino y el páramo. Promoviendo el conocimiento y apropiación de nuestras riquezas y potencialidades ambientales y culturales, participando y promoviendo procesos participativos de delimitación de páramos, fortaleciendo las organizaciones sociales y comunitarias de base ambiental, aportando así desde lo local y lo regional a la construcción de un nuevo país, que tenga como centro el cuidado y la protección del agua y de la vida.
La protección de este ecosistema debe ser un compromiso de todos los habitantes del país, la ciudad y nuestra localidad de Chapinero. Es indispensable que todos nos pongamos la camiseta, nos comprometamos con la protección de este tesoro que algunos ya conocían, pero, para otros, estaba escondido. El Páramo Cruz Verde sí vale oro y es un tesoro.