
La Inglaterra que surge en el medioevo como un Estado más consolidado se ve en la saga de las novelas del reconocido escritor británico Ken Follet; no en vano las dos primeras historias de la saga, Los Pilares de la Tierra y Un Mundo sin Fin, nos muestran como se va estructurando de manera más definida la sociedad inglesa desde sus monarcas, sus obispos, la lógica feudal y la interacción social de distintos grupos tales como artesanos, cardadores, cazadores, comerciantes, orfebres, en fin toda la amalgama propia de cualquier grupo humano en plena formación.
Con la Columna de Fuego, Follet avanza en un tema trasncendental de la historia inglesa. La ruptura de relaciones con el Papado por parte de Enrique VIII y todo lo que ello trajo como consecuencia con la presencia permanente de tres reinas centrales de dicho país: María Tudor, María Estuardo e Isabel Primera.
La Iglesia fue el alma central de la Edad Media, donde desde la misma concepción de la estructura monacal hasta su activa participación en la vida política, social y económica de los países europeos, se ve reflejada sin duda en esta novela de Follet.
Como siempre el argumento está centrado en las intrincadas relaciones entre hombres y mujeres, nobles y villanos, religiosos, fanáticos y anacoretas, ciudadanos normales, mercenarios, aventureros.
En la novela Follet traspasa las fronteras inglesas y entra también el la muy católica España y la constante pugnaz Francia, sometida a los vaivenes de las luchas religiosas y los Países Bajos y Bélgica, sumidos entre la dependencia y la búsqueda de nuevas visiones del mundo.
Con gran sentido histórico, Follet ambienta todas estas dinámicas, siempre plagadas de suspenso, injusticia, amor, desesperanza y solidaridad, fanatismo, adulación, movilidad social, recorriendo los países y sus diferentes protagonistas y sus desenlaces.
Por eso, con esta novela, nos adentramos en el siglo XVI con todo lo que ello implicó en la salida definitiva de la Edad Media y entrarnos a la nueva realidad política europea donde Inglaterra comienza a surgir como una nueva potencia en el escenario mundial.
Follet vuelve a ratificar la garantía de una historia que atrae al lector y lo conmina a estar pendiente de todas sus páginas para ir conociendo mejor, desde la fábula con telón histórico, el desarrollo de las sociedades.
Nos deja además con el sabor claro que vendrán otras historias en otras latitudes, donde seguramente también nos engolosinará con su excelente prosa y manejo de los tiempos y círculos sociales involucrados.