Vectores del cambio en 2021

Durante los últimos meses del 2020 escuchamos numerosas expresiones como “estamos en un periodo de cambio, de incertidumbre y de situaciones que nunca habíamos tenido que manejar, es hora de la transformación, de reinventarnos…”, entre otras expresiones, debido a que la crisis sanitaria ha producido tal impacto en la sociedad, que nos ha puesto frente a una nueva perspectiva, al acelerar muchas de las tendencias que estaban en las agendas políticas y en las estrategias empresariales que debian ser implementadas durante los próximos años, solo que se adelantaron dichas tendencias, que de acuerdo a mi visión se han enfocado en cuatro vectores de desarrollo esenciales para impulsar la nueva realidad social, política y económica que estamos viviendo.

El primer vector se concreta en los cambios impulsados por la revolución tecnológica, por lo que es difícil, actualmente, encontrar un modelo de negocio o empresa que pueda prescindir de las tecnologías si aspira a hacerse un camino en cualquier mercado, por más local que sea el enfoque. Aunque estamos en un estado tecnológico superior al de inicios del 2020, las tecnologías emergentes estan haciendo que las transformaciones impulsadas por estas innovadoras tecnologías han implicado cambios, hasta ahora sutiles en el país, en el comportamiento de las personas, las empresas, los centros educativos y en entidades gubernamentales.

El uso intensivo de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), ha llegado para quedarse por lo que el gobierno junto con las empresas del sector TIC estan apostando por la implementación de nuevas tecnologías en todos los sectores de la economía en virtud de que los nuevos escenarios económico-sociales han impulsado la demanda de estos servicios, tendencia que se esta consolidando cada vez más, aunque todavia existe una enorme brecha digital, social, educativa y genero, que debemos resolver inmediatamente. Colombia es un mercado con muchos retos y al mismo tiempo con grandes oportunidades, aunque no tiene la penetración adecuada de servicios digitales para ser más competitiva.

Otro vector de desarrollo, que está tomando fuerza en la agenda politica, social y corporativa mundial, es el Green Deal, (la estrategia de la UE para llegar a una economía baja en carbono en las próximas décadas y poner a la comunidad en la senda de la eficiencia y la tecnología. Incluye una nueva estrategia industrial y un plan de acción en materia de economía circular), es decir un acuerdo para avanzar hacia sistemas económicos climáticamente neutros.

La conciencia de dar pasos en firme para cuidar el planeta no tiene vuelta atrás, por eso la apuesta por la economía “verde”, esta calando en todos los estratos sociales y económicos, por lo que la transformación energética es y será eje del cambio, además del ahorro que genera al producir energía mediante fuentes renovables como la energía solar fotovoltaica y eólica, tal como lo hacen varios países y empresas que han ubicado la energía “verde” en el centro de sus estrategias, como se evidencia con la compañía energética Next Era Inc, la mayor proveedora mundial de energía solar y eólica, que en octubre pasado tuvo un valor bursátil superior a ExxonMobil o la empresa fabricante de carros electricos, Tesla Inc. que superó en valor a Toyota, el primer fabricante de carros.

Lo anterior, entre muchos ejemplos, muestra que estamos viviendo tiempos convulsos que generan incertidumbre y temor, por eso últimamente se habla de entornos VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo por sus siglas en inglés) en el que se mueven actualmente las empresas, gobiernos, trabajadores y familias. Estos cambios tecnológicos unidos a la inesperada pandemia han acentuado la sensación de inseguridad que en realidad es miedo al futuro de la economía, la salud y al desempleo, ya sea a causa de los avances tecnológicos o por la crisis sanitaria.

Frente a esta situación, hacer un pronóstico más o menos certero sobre el futuro próximo de la economía es difícil, ya que se parte de una realidad que ha roto con los pronósticos y proyecciones económicos que hasta el primer trimestre del 2020 mostraban tendencias lógicas y predecibles.

El tercer vector de desarrollo es el servicio al cliente, ya que hoy más que nunca las empresas y gobiernos deben desarrollar productos y soluciones acorde a las necesidades de los ciudadanos, al crear modelos enfocados en sus clientes y en la ciudadania para que desarrollen emprendimientos, innovar en proyectos, es decir apoyarlos para crear empresa, mejorar sus procesos, entre muchas otras soluciones, además de la obvias como conocer sus clientes, prestar un excelente servicio, soluciones que deben estar implementados, ya que el ciudadano de hoy requiere de cooperación, cocreación, innovación, proyección, acompañamiento, empatia y apoyo para desarrollar proyectos que podrian ser rentables, competitivos y generadores de ingresos y empleo.

En un contexto de cambios constantes en el actual modelo de crecimiento y desarrollo basado en actividades de alto valor agregado, con un importante componente tecnológico, la búsqueda del desarrollo sostenible generá un vector de dinamismo económico, social y ambiental que contribuye con ese cambio. Por esto la innovación constituye un vector transversal en estas tres dimensiones de mejora. Una dimensión económica, como elemento vitalizador de la economía mejorando la productividad y la creación de productos, servicios y sectores; una dimensión ambiental reduciendo el impacto ambiental de las actividades de producción y consumo y una dimensión social, apoyando la cohesión social al utilizar el cambio para satisfacer las necesidades y valores humanos.

Gobiernos y sociedad disponen de herramientas que pueden ser utilizadas para orientar la economía hacia el desarrollo sostenible mediante la innovación, ofreciendo oportunidades públicas y privadas, requiriendo nuevas perspectivas y competencias a todos los actores implicados.

La crisis ha supuesto una abrupta ruptura con el normal funcionamiento de la economía y ha obligado a una rápida adaptación a un nuevo contexto, por lo que hay que enfocarse y entender que tenemos los próximos 12 meses para afrontar los desafíos relacionados con la implementación de nuevas tecnologías y procesos digitales que aumentaran la seguridad de los negocios, además de los retos para mejorar la conectividad y la comunicación que garantice la interacción entre todos los actores económicos (agricultura, logística, educación, salud, seguridad, manufactura, alimentos, textil, banca, turismo, entre otros) que forman parte de la cadena productiva.

La cuarta revolución industrial trae la automatización y digitalización así como nuevos desarrollos que tendrán impacto en la economía, cambios que hay que mirar como oportunidades que fortaleceran las importaciones y exportaciones, lo que hace imperativo seguir apostando por la innovación como palanca para generar riqueza y crear empleos innovadores, disruptivos, inclusivos, con el objetivo de mejorar la competitividad de sectores esenciales para la economía colombiana.

Es vital abordar y afrontar estos retos, por eso gobierno, empresas, academia y trabajadores unidos deben trabajar para cocrear un futuro mejor para todos los ciudadanos aprovechando las oportunidades que se presenten. Y aunque es cierto que los cambios generan incertidumbre, existen motivos para ser optimistas, basta con darnos cuenta de avances que se han logrado en temas como conectividad, en emprendimientos de logística, en nuevos servicios de restaurantes, en educación vitual, entre otros, confiando en que la mayoria de colombianos hacemos las cosas bien, siempre que se trabaja de manera colaborativa.

Una economía competitiva debe poner en marcha una estrategia global que además de lograr acuerdos con organizaciones nacionales, debe sumar alianzas con empresas y organismos internacionales para desarrollar proyectos a largo plazo sostenibles, rentables, competitivos, dinamicos y amigables con el medio ambiente, por eso es importante trabajar conjuntamente para mejorar la competitividad del sector productivo en los mercados nacionales e internacionales. 

Este 2021 estamos obligados a avanzar, a transformarnos y aplicar los avances tecnológicos que harán de nuestra economía una más competitiva en el entorno internacional, por eso hay que seguir dando pasos en el desarrollo tecnológico con diálogo abierto entre empresas, trabajadores, agremiaciones, gobiernos y centros educativos. Tal como lo menciona el abogado español, Antonio Garrigues Walker en su libro “Manual para vivir en la era de la incertidumbre”, “La conversación tecnológica atañe, primeramente al ser humano, a su dignidad y a su libertad, además de a la cuenta de resultados de cualquier empresa”.

Excelente año lleno de éxitos!!!

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