Inteligente, crítico y lector voraz. Así describe Julián Vargas, miembro de la Unión Libertaria Estudiantil, (ULE) organización sin ánimo de lucro que dice respaldar a los estudiantes y velar por sus derechos, a Sergio Urrego, quien a los 16 años decidió quitarse la vida debido a un supuesto caso de matoneo por parte de la directivas de su colegio.
Urrego, quien se lanzó desde la terraza del centro comercial Titán Plaza el pasado cuatro de agosto, pertenecía a la organización estudiantil desde 2012. No obstante, siempre tuvo ideales anarquistas. Creía en una sociedad horizontal donde todos fueran iguales, sin jerarquías.
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“Él empezó a protestar porque en el colegio no existían condiciones labores adecuadas de los profesores. Pasaban varias meses sin profesores de determinadas materias o simplemente duraban un mes trabajando”. Ese sería el comienzo de los inconvenientes que tuvo el joven amante de los libros de filosofía con Amanda Castillo, rectora y dueña del colegio, que se presenta como “constructor de sueños” y está ubicado a las afueras de Bogotá, en la vía hacía Tenjo, destinado para niños de clase media alta, según otro miembro de ULE.
Además, el curso 1102, al que pertenecía Urrego, estaba en contra de la compra de una chaqueta del ‘prom’, cuyo costo era de unos 200.000 pesos. Según las directivas no era obligatorio comprarla, pero, al parecer, la realidad era otra: “dicen que es voluntario pero no entregan certificados si no se paga todo lo que piden”, dijo a KienyKe.com una de las alumnas, quien para no poner en riesgo su grado prefirió ocultar su identidad.
En la Secretaría de Educación de Cundinamarca, cursan varias denuncias que comprometen al colegio. El caso de las chaquetas no sería el único.
“Él (Sergio) no solo fue discriminado por su orientación, sino por su posición crítica respecto a la educación que estaba recibiendo”, dijo Julián Vargas, de 23 años, quien además rechaza las afirmaciones del colegio, que ha denunciado amenazas de la Unión Libertaria Estudiantil.
Vargas sostiene que las directivas del colegio pretenden criminalizar la organización estudiantil, como hicieron con Sergio. En un comunicado publicado en Twitter, el colegio manifestó: “Informamos acerca de amenazas por parte del grupo anarquista revolucionario, Unión Libertaria Estudiantil, documentos remitidos a las autoridades competentes”.
El miembro de la ULE rechaza estas acusaciones y sostiene que no se puede culpar a la organización estudiantil de amenazas por actuaciones individuales. “Nosotros no somos un grupo insurgente ni estamos en la clandestinidad, como pretende mostrarnos la rectora Amanda Castillo”. El objetivo de ULE es reivindicar y limpiar el nombre de Sergio, quien a su juicio no era un acosador sexual.
Por su parte, KienyKe.com conoció que Colombia Diversa, organización que lucha por los derechos de la población Lgbti, intenta que los procesos disciplinarios contra el polémico colegio sean adelantados directamente por la Gobernación de Cundinamarca y no por su Secretaría de Educación. Asegura que no existe imparcialidad y trámite, pese a que las denuncias en contra del colegio de Amanda Castillo se conocen desde hace tiempo sin que exista un resultado favorable.
"Adiós mundo cruel" este fue el último mensaje que publicó Sergio en su cuenta de Facebook.
Su compañera describe a Sergio como un joven irreverente que luchaba por sus ideales sin hacerle daño a nadie. Dice que la excusa perfecta para expulsar al joven se dio cuando el profesor Mauricio Ospina decomisó un celular en el que encontró una foto de Sergio besando a su pareja, un compañero de curso con quien sostenía una relación sentimental desde un mes y medio atrás.
“A Sergio y Danilo los llevaron a psicorientación y luego citaron a sus padres. Les contaron que hacían actos obscenos”. Después los padres de Danilo, según el testimonio de la amiga, fueron presionados por la institución para denunciar a Sergio por acoso sexual. Eso derrumbó al joven anarquista.
Pese a que tenía el apoyo de su familia y amigos, Sergio se vio sorprendido por la denuncia interpuesta en la fiscalía. “Esta carta se ha escrito con el fin de esclarecer ciertos datos acerca de la denuncia de acoso sexual que han puesto los padres de mi expareja. Lo hago de manera escrita debido al suicidio que he cometido y porque no quiero que los 16 años de vida que tuve se hallen con una oscura mancha llena de mentiras”, escribió Urrego justo una hora antes de lanzarse desde el cuarto piso del centro comercial cercano a su casa, en el noroccidente de su residencia.
Se sintió más tranquilo con su sexualidad cuando le contó a sus padres, pero lo afectó que lo alejaran de su pareja.
Días antes de suicidio, Sergio recibió una visita de "psicorientación" de su colegio en su residencia. Su madre, Alba Reyes, se encontraba de viaje de trabajo en Cali, y Sergio se hallaba en casa con su abuela. El hecho motivó una denuncia por presunto abandono al hogar contra la madre del joven. Luego del funeral de estudiante, según algunos compañeros, la rectora se refirió a Sergio como joven "abandonado, anarco, homosexual y ateo".
Antes de morir, Sergio publicó una frase con la que se definía: “Mi sexualidad no es mi pecado, es mi propio paraíso”, la cual después del impacto de su caso en la opinión pública, al parecer, se convertirá en su legado.
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Los tropiezos de Sergio Urrego con su colegio
Mar, 09/09/2014 - 06:29
Inteligente, crítico y lector voraz. Así describe Julián Vargas, miembro de la Unión Libertaria Estudiantil, (ULE) organización sin ánimo de lucro que dice respaldar a los estudiantes y velar po