Lo que pensaba que iba a ser una cita de ensueño, terminó siendo el fin para Nina Surgutskaya, de 25 años, quien jamás imaginó que el que creía que sería su pareja sentimental, terminaría siendo su cruel asesino. El aterrador caso ocurrió en la ciudad de Kursk, al este de Rusia.
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Mikhail Tikhonov, un médico de 27 años, confesó haber cometido el brutal crimen. Nina lo invitó a su apartamento con el fin de pasar una noche romántica. Luego de charlar y beber algunos tragos, decidieron dirigirse al cuarto de la mujer para tener relaciones sexuales y desde ese momento comenzó la tragedia.
Al llegar a la habitación, Mikhail se acostó en la cama y Nina comenzó a desnudarse. En ese momento fue cuando el hombre se dio cuenta que la mujer se había sometido a una cirugía de cambio de sexo, lo que habría provocado su ira.
Aunque Nina intentó seguir con el acto sexual, Mikhail la agarró fuertemente por el cuello y la estranguló, dejándola muerta en la cama. Desesperado y con el fin de ocultar el brutal asesinato, el hombre decidió dirigirse a la cocina, tomar el cuchillo más afilado y volver hacia la habitación para descuartizar el cuerpo.
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Llevó el cadáver de Nina al baño y empezó a cortar en partes pequeñas los órganos internos. Unos, los tiró al inodoro y otros, los cocinó con el fin de desaparecer cualquier evidencia.
Extremidades como la cabeza, las guardó en una maleta y las llevó a su apartamento para finiquitar el acto criminal. Al tratar de arrojarlos al contenedor de basura, fue interceptado por las autoridades, quienes quedaron sorprendidos por la macabra escena.
Según el diario Daily Mail, lo que encontró la policía totalmente perturbador: la cabeza de la mujer todavía estaba sujeta a la columna vertebral y había sido envuelta con sal para encubrir el olor.
El caso todavía no se ha esclarecido en su totalidad, pero se dice que el hombre podría enfrentar hasta 20 años de cárcel si es declarado culpable por el delito de asesinato.