
José David "N" fue declarado culpable por los entes judiciales mexicanos por la responsabilidad en la muerte de su hija de tres años, cuando fue arrojada en repetidas ocasiones a la piscina del Hotel Turotel lo que ocasionó que la niña falleciera.
Los jueces encontraron base probatoria para acusar a José David del delito de homicidio con dolo a menor de edad. La jueza, Ana Lilia García Cardona, relató en el fallo que según los videos de seguridad del hotel, la niña fue arrojada entre las 9:00 a.m. hasta las 12: 00 p.m. el 12 de agosto del año pasado.
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Según los hechos, José David "N" quiso enseñarle a su hija a nadar; las pruebas indicaron que la arrojaba del cabello por debajo del agua, la colocó bajo su cuerpo para atravesar nadando la piscina, él consiguió respirar mientras que la menor no la dejo descansar. Así mismo indicaron los jueces que si bien la niña no falleció en el momento en que se encontraba en la piscina, se desplomó minutos después por todo el agua que ingirió en el fuerte entrenamiento.
Al sindicado le fue acreditada la sentencia por la naturaleza violenta del caso y la manera como cometió el crimen de su propia hija en el hotel ubicado en la ciudad de Morelia, en el occidente del estado de Michoacán en México. La sentencia del fallo será revelada el próximo 22 de agosto.
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La situación, según los expertos en psicología, está enmarcada en un sadismo aberrante; quien lo practica busca gozar de la angustia, súplica de una persona que no tiene posibilidad de defenderse. "El sádico con lo que más puede gozar es con situaciones de inermidad de alguien que no tenga cómo defenderse, cómo protestar, cómo oponer resistencia, especialmente que muestre más su perplejidad", dijo el psicólogo e investigador Mario Orozco Guzmán.
Según los expertos, el sadismo no sólo debe verse como la búsqueda de un placer únicamente en lo sexual, también existen ocasiones donde el sádico busca un goce que no tiene límites.