
La violencia de género en Colombia sigue siendo un flagelo que afecta a miles de mujeres en todo el país, a pesar de los esfuerzos por erradicarla.
La realidad que enfrentan las mujeres colombianas es alarmante: cada día, muchas de ellas se ven obligadas a salir a las calles para exigir garantías, protección y justicia ante un sistema que aún les es insuficiente para proteger sus derechos fundamentales.
Según el Instituto Nacional de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Colombia, en 2023 se registraron más de 20.000 casos de violencia sexual en el país. Aunque la cifra es estremecedora, la problemática no se limita solo a la violencia sexual. La violencia física, psicológica y económica también tiene una alta incidencia, afectando la vida de mujeres de todas las edades, estratos y regiones.
En cuanto a la violencia intrafamiliar, el 60% de las víctimas son mujeres, según los datos del Observatorio de Violencia de Género del Distrito Capital. Esta violencia se manifiesta en diferentes formas, desde maltratos físicos hasta agresiones emocionales, y suele ocurrir dentro de los hogares, donde las mujeres deberían sentirse más seguras.
Asimismo, la Defensoría del Pueblo dio a conocer que en 2024 las mujeres fueron víctimas de diferentes tipos de violencia, y que entre enero y octubre de ese año, ocurrieron 745 feminicidios en el país.
Ante este panorama, muchas mujeres colombianas se han visto obligadas a tomar las calles para exigir un cambio. Las movilizaciones en ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Barranquilla, entre otras, son cada vez más numerosas y están cobrando fuerza en el contexto social y político del país.
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Movilizaciones y puntos de encuentro por el 8M en Bogotá
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Movilizaciones por el 8M en otras ciudades del país
Una de las razones fundamentales para estas manifestaciones es el débil acceso a la justicia. Según el Observatorio de Feminicidios de Colombia, solo el 25% de los casos de feminicidio en el país resultan en una sentencia condenatoria. Esto refleja una falta de respuesta efectiva por parte del sistema judicial, lo que deja a muchas mujeres sin protección y sin justicia ante los crímenes que sufren.
Además, la impunidad en casos de violencia de género sigue siendo un grave problema. El 60% de los casos de violencia intrafamiliar no llegan ni siquiera a ser reportados, lo que demuestra la desconfianza de las víctimas en las autoridades. Esto, a su vez, alimenta el círculo de violencia que muchas mujeres no logran romper debido a la falta de respaldo institucional.
El impacto de la violencia de género en la sociedad
Las consecuencias de la violencia de género no solo afectan a las víctimas directas, sino que también tienen un impacto negativo en la sociedad en su conjunto. Según el Banco Mundial, la violencia contra las mujeres le cuesta a Colombia aproximadamente el 1.5% del Producto Interno Bruto (PIB) cada año. Esto se debe a los costos asociados con la atención médica, la pérdida de productividad laboral y la intervención en los sistemas judicial y policial.
Además, se estima que el 70% de las mujeres víctimas de violencia no denuncian los hechos debido al miedo, la vergüenza, o la creencia de que las autoridades no harán nada. Este silencio contribuye a la perpetuación del ciclo de violencia y la falta de visibilidad del problema.
Exigiendo garantías para las mujeres
La creciente presión social ha llevado a las mujeres a organizarse y exigir un entorno más seguro. El Paro Nacional de Mujeres, realizado en diversas ocasiones en los últimos años, ha sido un claro ejemplo de la capacidad de movilización de las mujeres colombianas. En este tipo de marchas y manifestaciones, se exigen medidas concretas, como una legislación más estricta, más recursos para el apoyo a las víctimas y una reforma del sistema judicial para garantizar que las mujeres obtengan justicia.
La Ley 1257 de 2008, que busca prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres, ha sido un paso importante, pero muchas activistas señalan que aún falta mucho por hacer en términos de aplicación efectiva y de sensibilización de la sociedad.
Las cifras de violencia de género en Colombia son una clara muestra de la urgencia de una respuesta integral y efectiva frente a este fenómeno.
Las mujeres que salen a las calles lo hacen porque enfrentan una realidad de violencia cotidiana que pone en riesgo su vida y su bienestar. La lucha por una Colombia más segura para las mujeres no ha hecho más que comenzar, y es responsabilidad de todos garantizar que las calles, los hogares y las instituciones sean espacios libres de violencia para ellas.
El clamor por justicia y seguridad es cada vez más fuerte, y la sociedad debe unirse para garantizar que las mujeres puedan vivir libres de violencia y en condiciones de igualdad. La violencia de género en Colombia no es un problema aislado, sino una cuestión que requiere una acción colectiva para lograr un cambio real y duradero.