Frisby, la emblemática cadena de pollo apanado que ha conquistado los paladares colombianos, no solo se ha posicionado como líder del sector de comida rápida, sino que también es ejemplo de un modelo empresarial basado en valores, propósito y conciencia social. Pero, ¿quiénes están detrás de esta exitosa marca nacida en el corazón del Eje Cafetero?
Los fundadores y actuales dueños de Frisby S.A. son Alfredo Hoyos Mazuera y Liliana Restrepo Arenas, una pareja de empresarios pereiranos que, en 1977, decidieron emprender un camino distinto en la manera de hacer empresa en Colombia. Lo que comenzó como una simple pizzería en Pereira, rápidamente evolucionó hacia lo que hoy es la cadena de pollo apanado más reconocida del país.
La visión de sus fundadores siempre ha estado enmarcada por un enfoque humanista y transformador, alineado con lo que hoy se conoce como capitalismo consciente. Desde sus inicios, Frisby ha trabajado bajo un propósito superior: “alimentar con amor para contribuir al desarrollo del ser humano y transformar positivamente a la sociedad”. Esta filosofía no solo ha guiado su crecimiento empresarial, sino que también ha influenciado su cultura organizacional, donde la ética del cuidado, la equidad, el respeto y la responsabilidad compartida son pilares fundamentales.
Uno de los grandes hitos de Frisby ocurrió casi por accidente. Aunque su primer local abrió como una pizzería, el pollo apanado —una innovación para la época en Colombia— se robó el protagonismo. Este producto no solo marcó un antes y un después en su menú, sino que también se convirtió en el ícono de la marca. De hecho, fue la primera vez que se ofrecía pollo en esta preparación en el país.
Con el éxito inicial, la empresa no tardó en expandirse. En 1978 ya abría puntos en otras ciudades del Eje Cafetero; en 1987 llegaba a Bogotá, y para 1990 ya tenía presencia en Medellín. Hoy, la compañía cuenta con más de 265 restaurantes en 57 municipios de Colombia y un equipo humano de aproximadamente 4.500 colaboradores, lo que la convierte en una de las cadenas con mayor cobertura y arraigo en el territorio nacional.
A diferencia de muchas empresas que se enfocan exclusivamente en la rentabilidad, Frisby ha construido su camino empresarial desde una perspectiva integral, promoviendo el desarrollo humano, la justicia y la inclusión. Esta apuesta ha sido clave para forjar su reputación y fidelidad entre los colombianos.
Los dueños de esta compañía no solo crearon una marca de comida rápida, sino que dieron vida a un movimiento empresarial que demuestra que es posible generar valor económico sin renunciar a la ética y la humanidad.
