El incendio que arrasó siete torres del complejo residencial Wang Fuk Court, en Hong Kong, ha dejado 55 muertos, más de 70 heridos y cientos de desaparecidos, convirtiéndose en uno de los desastres más devastadores del siglo XXI en edificios residenciales.
El suceso, que conmociona a la ciudad y mantiene en vilo a miles de familias, se sitúa ya entre los incendios más mortíferos del mundo en los últimos 25 años.
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Durante las dos últimas décadas, pocos incendios en edificios han alcanzado la magnitud del ocurrido en Hong Kong. Solo tragedias como el incendio del centro histórico de Lima en 2001, con 280 fallecidos, o el rascacielos de Shanghái en 2010, con 83 víctimas mortales, superan o se aproximan al impacto de la catástrofe registrada esta semana en la excolonia británica.
Bangladesh, Sudáfrica, Vietnam o Kuwait también han sufrido siniestros con más de medio centenar de fallecidos, pero el de Tai Po destaca tanto por su velocidad de propagación como por la enorme cifra de desaparecidos, que podría elevar significativamente el número final de víctimas.
Rescate contrarreloj en Wang Fuk Court
Las autoridades de Hong Kong continúan con las operaciones de rescate en las siete torres afectadas. El jefe del Ejecutivo, John Lee, confirmó que el fuego está ya “totalmente bajo control”, aunque los equipos trabajan en estructuras debilitadas y pasillos colapsados.
El complejo residencial, que cuenta con 1.984 viviendas y alrededor de 4.000 residentes, estaba en plena reforma de sus fachadas exteriores, un elemento que podría haber influido en la agresividad del incendio.
Angustia entre miles de familias
En centros de acogida y hospitales, cientos de familiares esperan noticias de las más de 300 personas que siguen sin localizarse, en medio de relatos de angustia, llamadas fallidas y listas preliminares aún incompletas.
La incertidumbre domina las horas posteriores al incendio, mientras el Gobierno despliega psicólogos y personal de apoyo para atender a los afectados.
Obras y materiales inflamables, en el punto de mira
La reforma de las fachadas, valorada en 330 millones de dólares hongkoneses, llevaba meses generando descontento entre los residentes. Ahora, la investigación apunta a varios factores determinantes en la propagación del fuego:
Según el secretario de Seguridad, Chris Tang, el incendio pasó del nivel 1 de alarma al nivel 4 “en cuestión de minutos”, una escalada extremadamente inusual en un entorno residencial de gran tamaño.
Andamios de bambú
Elementos habituales en Hong Kong por su ligereza y facilidad de montaje, los andamios de bambú podrían haber actuado como un acelerante del fuego.
Su uso se ha vuelto a poner en cuestión, especialmente por la dificultad de garantizar la calidad de las mallas protectoras y los amarres plásticos que los recubren.
Poliestireno expandido
Las autoridades confirmaron la presencia de poliestireno expansivo, un material altamente inflamable empleado en el aislamiento de fachadas y sellado de ventanas.
Expertos apuntan a que este material fue decisivo para que el fuego se desplazara rápidamente entre pisos y torres completas.
Detenciones e investigación en marcha
La Policía ha detenido a dos directores y un consultor de ingeniería de la empresa contratista encargada de las obras, investigados por presunto homicidio imprudente ante el posible uso de materiales o procedimientos que facilitaron la propagación del incendio.
Agentes registraron también las oficinas de la empresa administradora del complejo, así como la vivienda de uno de los sospechosos, mientras el Gobierno asegura que la prioridad sigue siendo la búsqueda de desaparecidos.
Incendios mortales en China: un historial preocupante
El desastre de Hong Kong se suma a una serie de incendios graves que China ha sufrido durante este siglo. Entre los más mortales destacan:
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Wenzhou (2007): 21 muertos en un rascacielos de 28 pisos.
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Changshu (2017): 22 fallecidos en una vivienda para trabajadores migrantes.
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Pekín (2017): 19 víctimas, ocho de ellas niños, en un incendio provocado por un fallo eléctrico.
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Shanxi (2023): 26 muertos en un edificio de una compañía minera.
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Xinyu (2024): 39 fallecidos en un inmueble con hotel y almacén frigorífico.
La frecuencia de estos incidentes ha encendido el debate sobre la seguridad en construcciones urbanas y la supervisión de materiales utilizados en reformas.
Mientras continúan las labores de rescate y los hospitales atienden a decenas de heridos, Hong Kong afronta uno de los episodios más trágicos de su historia reciente.
La combinación de obras en curso, materiales inflamables y andamios tradicionales ha desencadenado un incendio que pasará a la lista negra de los peores desastres urbanos del siglo.
Con información de EFE
