En una ceremonia cargada de solemnidad y emotividad en el Ayuntamiento de Oslo, el presidente del Comité Noruego del Nobel, Jørgen Watne Frydnes, otorgó oficialmente el Premio Nobel de la Paz 2025 a la líder opositora venezolana María Corina Machado, reconocida por su lucha persistente por la democracia y una transición pacífica en Venezuela.
La activista no pudo asistir debido a su situación de clandestinidad, por lo que el galardón fue recibido por su hija, Ana Corina Machado.
Durante su discurso central, Frydnes expuso con crudeza la magnitud de la represión en Venezuela, relatando casos como el secuestro de la adolescente Samantha Sofía Hernández, la desaparición de Juan Requesens tras negarse a rendirse ante el régimen, y la reciente muerte bajo tortura del dirigente opositor Alfredo Díaz en El Helicoide.
Venezuela como ejemplo extremo de represión
El Comité denunció que estas historias no son hechos aislados, sino parte de un sistema diseñado para “erradicar la creencia en la libertad”. Frydnes enfatizó el impacto de la violencia estatal sobre los más vulnerables: más de 200 menores detenidos tras las elecciones de 2024, sometidos —según la ONU— a torturas como asfixia con bolsas, descargas eléctricas, golpes brutales y condiciones inhumanas de encierro.
“Un niño susurraba el nombre de su madre en la oscuridad para que ella no creyera que estaba muerto”, relató Frydnes, generando un silencio estremecedor entre los presentes.
El reconocimiento a quienes resisten
El discurso también rindió homenaje a quienes mantienen viva la lucha democrática desde distintos sectores: Edmundo González Urrutia, presidente electo; poetas, profesores, activistas, enfermeras, abuelos, estudiantes y ciudadanos que han sostenido protestas, documentación electoral y resistencia pacífica a pesar de la violencia.
María Corina Machado fue presentada como “uno de los ejemplos más extraordinarios de valentía civil en la historia reciente de América Latina”, destacando su rol en la movilización sin precedentes durante las elecciones de 2024, donde cientos de miles de venezolanos documentaron actas de votación antes de que el régimen pudiera manipular los resultados.
Un llamado directo a Maduro
En el momento más contundente de la ceremonia, Frydnes se dirigió directamente a Nicolás Maduro:
“Debe aceptar los resultados electorales y renunciar. Esa es la voluntad del pueblo venezolano”.
Aseguró que el autoritarismo venezolano ha generado una crisis humanitaria y migratoria sin precedentes en la región y que la democracia es la única vía hacia la paz duradera.
- Le recomendamos: "Estaré en Oslo, estoy de camino ahora mismo": María Corina Machado
Una luz en la oscuridad
El Comité afirmó que el movimiento democrático venezolano cumple plenamente con los criterios del testamento de Alfred Nobel: unión nacional, resistencia a la militarización y construcción de fraternidad mediante la democracia.
“Que quienes susurran el lenguaje de la libertad en Caracas sepan que el mundo no les da la espalda”, concluyó Frydnes. “Que amanezca una nueva era para Venezuela”.
