A solo seis meses de haber regresado a la Casa Blanca, Donald Trump ha transformado de manera acelerada la agenda interna de Estados Unidos y las relaciones internacionales. Su segundo mandato, iniciado el 20 de enero de 2025, está marcado por decisiones rápidas, giros inesperados y un estilo confrontativo que mantiene al mundo atento a cada uno de sus movimientos.
¿Qué ha hecho hasta ahora?
En política interna, Trump ha retomado con fuerza su agenda migratoria. Reactivó la construcción del muro en la frontera con México, impulsó deportaciones aceleradas y restringió el ingreso de ciudadanos de países considerados de “alto riesgo”. Además, aprobó recortes de impuestos y redujo regulaciones ambientales para atraer inversiones, reabriendo proyectos petroleros y de gas que habían sido frenados por su antecesor. Su base celebra estos movimientos como un regreso a la “América fuerte” que prometió en campaña.
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En el plano internacional, su sello ha sido el de un líder impredecible. En la guerra de Ucrania, redujo la ayuda militar a Kiev y presionó a los países europeos a asumir mayor responsabilidad en el financiamiento de la defensa, generando fricciones en la OTAN. Con China, reactivó la guerra comercial con nuevos aranceles y aumentó la presencia militar estadounidense en el Mar de China Meridional, elevando la tensión en una región clave para el comercio global.
En Medio Oriente, el mandatario reforzó el apoyo a Israel en su conflicto con Hamás y Hezbollah, reimpuso sanciones severas contra Irán y advirtió sobre “posibles acciones militares” si continúan los ataques contra intereses estadounidenses.
¿Qué no ha logrado?
Pese a sus anuncios, varias promesas siguen en el aire. Su plan de infraestructura nacional aún no pasa del papel, enfrenta bloqueos judiciales a algunas de sus políticas migratorias y sus intentos por derogar iniciativas climáticas han desatado batallas legales. En política exterior, no ha logrado presentar una estrategia clara para contener la influencia rusa y china sin debilitar alianzas históricas.
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¿Qué se espera a futuro?
Analistas proyectan meses de mayor incertidumbre. Trump prepara una segunda ola de recortes regulatorios, insiste en renegociar acuerdos comerciales con socios estratégicos y no descarta acciones más contundentes en Medio Oriente. Al mismo tiempo, su relación tensa con la OTAN y su presión a Europa podrían redefinir el equilibrio de poder en Occidente.
Por ahora, el mundo observa con cautela: seis meses bastaron para que Trump reacomodara las piezas del tablero global, pero el verdadero alcance de su segundo mandato apenas comienza a revelarse.
