Es un Kia modelo Soul, el carro popular por excelencia en Corea del Sur, país que el Pontífice está visitando durante cinco días.
El gesto de Francisco ha sido aplaudido por los coreanos, de los cuales solo un poco más del 10% son católicos. En Corea, como en todos los países desarrollados, el automóvil es un símbolo de riqueza, poder y ostentación.
La comitiva, encabezada por el popular Kia, que en Corea del Sur cuesta unos US$20.000, estuvo seguida de otros lujosos vehículos en los cuales de desplazaban los miembros del gobierno y otras personalidades que recibieron a Francisco en el aeropuerto.
En el garaje quedaron los dos "papamóviles" utilizados por los antecesores de Francisco quien expresamente pidió el carro coreano más pequeño para movilizarse en Seul. Curiosamente, "soul", nombre del modelo, quiere decir "alma". Desde el inicio de su reinado, el Papa argentino pidió a los sacerdotes católicos abandonar todo tipo de ostentaciones.
En El Vaticano, Francisco se desplaza en un modesto Ford Focus Azul.
