El papa Franscisco afirmó que ninguna persona puede ser marginada, aunque rechazó el llamado "lobby gay" que se hace en El Vaticano. También pidió un rol mayor de las mujeres en la Iglesia y habló sobre los hechos de corrupción en el Banco Vaticano. "No se puede imaginar una Iglesia sin mujeres activas", pero al hacer referencia a la posible ordenación femenina, señaló: "esa puerta está cerrada".
Las declaraciones las hizo en una improvisada rueda de prensa a bordo del avión que lo llevó de regreso a Roma desde Brasil. El Sumo Pontífice también dijo que “no pretende juzgar a los homosexuales”, pero a renglón seguido afirmó que "ningún lobby es bueno".
Sobre el Banco Vaticano, dijo que no ha notado "resistencia" dentro de El Vaticano a la reforma que ha emprendido de la Curia, y que no sabe cómo acabará la reforma del IOR, pero que lo importante "es la transparencia y la honradez".
