Pese a que el suizo Joseph Blatter fue reelegido como presidente de la FIFA, el escándalo de corrupción que se destapó en los últimos días provocó división durante el congreso celebrado en Zúrich.
Blatter, presidente del organismo desde 1999, no obtuvo los votos suficientes durante la primera ronda de votaciones, razón por la que se tuvo que recurrir a la segunda vuelta. El suizo obtuvo 133 de los 140 votos que se necesitan para ser presidente. Por su parte, el príncipe jordano Ali Bin al Hussein obtuvo 73.
Sin embargo, cuando se disponía a iniciar la segunda ronda, Ben Ali, renunció a su candidatura. "Sólo quiero darles las gracias a todos, ha sido una magnífica travesía", dijo Ali al anunciar su retirada al Congreso de la FIFA.
Blatter tenía la victoria asegurada, pues el vencedor requería en la segunda vuelta una mayoría simple.
El resultado no fue sorpresivo. En diálogo con el diario británico The Guardian, Simata Simata, un exdirigente de Zambia, había advertido que Blatter iba a ser reelegido a pesar de las multiples denuncias de corrupción.
Simanta había explicado que el directivo suizo tenía a su favor los votos de Asia y África, continente en el que Blatter ha invertido miilones de dólares en el Programa Goal el cual promueve la construcción de obras para las federaciones de fútbol más pobres del planeta, entre ellas Zambia.
Simanta, que considera que la idea de la FIFA es buena, señala que Blatter ha utilizado la iniciativa para asegurar los votos que lo sostienen como presidente del máximo rector del fútbol. “Es una buena idea también se está utilizando contra los principios de la democracia”. Lea también: Ácidos memes por cuenta del escándalo de la FIFA
Comparó el programa Goal de la FIFA, bandera de Blatter con lo que hacía Pablo Escobar con la creación de diferentes barrios en Medellín. “La gente tiende a favorecer a cualquiera que haga algo bueno; tomarán las casas de Pablo Escobar utilizando dinero de la droga. Por desgracia, eso es lo que el Programa Goal ha sido.
La continuidad de Blatter, ratificada en el 65 Congreso que la FIFA ha celebrado en Zúrich, supone la victoria más importante de su larga carrera como dirigente, dada la magnitud del escándalo generado por las investigaciones de la Fiscalía de Estados Unidos y las autoridades suizas.
Vinculado desde 1975 a la FIFA, en la que fue secretario general de 1981 a 1998, año en que fue elegido presidente, Blatter ha vuelto a demostrar una astucia cuestionada a la hora de cerrar crisis. Ni siquiera el escándalo más grande que ha enfrentado la FIFA en su historia, doblegó los planes de seguir al frente el organismo.
Futbolista aficionado, entrenador, atleta y licenciado en Economía y Administración de Empresas por la Universidad de Lausana y con grado de coronel del ejército suizo, "Sepp" Blatter llegó a la presidencia de FIFA el 8 de junio de 1998, como relevo de Havelange después de 23 años. Desde 1999 es miembro del Comité Olímpico Internacional (COI).
Dominador de cinco idiomas -inglés, francés, español, alemán e italiano- y diplomático de primera, Blatter inició su carrera profesional en la Oficina de Turismo de Valais -su región natal-, y en ella incluye la secretaría general de la Federación Suiza de Hockey Hielo y el ejercicio del periodismo.
Relaciones públicas de Longines y director de Sports Timing (1968-75), puesto por el que participó en la organización de los Juegos de Munich'72 y Montreal'76, mantuvo su primer contacto con la FIFA en 1975 y en poco tiempo se ganó la confianza de Havelange. En 1981 el brasileño le designó secretario general.
