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Luego de 50 días llenos ataques, represalias y acusaciones que a veces parecía interminable en parte por intereses regionales, Israel y el grupo islamista Hamas han iniciado a las una nueva tregua indefinida pactada bajo mediación egipcia.
Poco antes, el presidente palestino, Abu Mazen, y Egipto anunciaron el acuerdo logrado confirmando las palabras de varios dirigentes islamistas sobre el alto el fuego.
Igualmente, tras varias horas de silencio, un alto responsable israelí confirmó que su país "ha aceptado la propuesta egipcia de tregua indefinida como lo hizo en el pasado ante el rechazo de Hamas".
"¡Hemos ganado! Alá es grande", ha afirmado el portavoz de Hamas, Sami Abu Zuhri, mientras a su alrededor centenares de personas con las banderas verdes del movimiento celebran lo que denominan "victoria de la resistencia armada". Aunque era sobre todo un grito de alivio.
Una prueba de que esta vez la tregua tiene solidez que las anteriores es que dirigentes como Mahmud Zahar salieron de su bunker tras 50 días para empuñar la señal de victoria.
"Hamas ha sido golpeado de forma sin precedentes en lo que respecta al número de terroristas, proyectiles y túneles alcanzados", se manifestó en el Gobierno israelí.
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La tregua implica el levantamiento del bloqueo que Israel impone sobre la Franja desde hace ocho años, el cual, sin embargo, no será total.
Se abrirán algunos pasos fronterizos para poder reconstruir la Franja, permitiendo la entrada de cierto material de construcción, y se darán más permisos a los gazatíes para entrar en Cisjordania o para gestiones (médicas principalmente) en Israel.
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La tregua implica el levantamiento del bloqueo que Israel impone sobre la Franja desde hace ocho años, el cual, sin embargo, no será total.
Se abrirán algunos pasos fronterizos para poder reconstruir la Franja, permitiendo la entrada de cierto material de construcción, y se darán más permisos a los gazatíes para entrar en Cisjordania o para gestiones (médicas principalmente) en Israel.
