El presidente Gustavo Petro ya firmó el decreto que oficializa a Diana Marcela Morales Rojas como la nueva ministra de Comercio, Industria y Turismo. Tras varios meses de interinidad, en los que Cielo Rusinque asumió el cargo mientras se concretaba el nombre definitivo, el Gobierno apuesta por una figura que combina experiencia técnica, enfoque social y una hoja de vida con sello académico de alto nivel.
Morales es politóloga de la Universidad del Rosario, especialista en Economía de la Javeriana y magíster en Estudios Interdisciplinarios sobre Desarrollo de la Universidad de los Andes. A eso se suma formación internacional: es egresada del programa de emprendimiento en economías emergentes de Harvard y cuenta con certificaciones del BID en gestión pública y gobiernos subnacionales.
Aunque para algunos su nombre puede sonar nuevo en los grandes titulares, lo cierto es que lleva años trabajando en el sector público y en temas clave para el desarrollo del país. Fue asesora en el Ministerio TIC y en el DANE, directora de Gestión Interinstitucional en la Unidad de Víctimas, y ha liderado procesos de diálogo sociopolítico en el sector minero-energético. También ha sido docente, investigadora y autora de un libro sobre el problema de la tierra en Colombia.
Su llegada al gabinete se da en un momento clave: el gobierno busca consolidar alianzas políticas y avanzar en la agenda de reformas. De hecho, su cercanía con sectores del Partido Liberal se ha leído como un movimiento estratégico para fortalecer apoyos en el Congreso.
Diana Marcela Morales asume como la tercera ministra de Comercio en este gobierno, después de Germán Umaña y Luis Carlos Reyes. Ahora tiene el reto de dinamizar el comercio exterior, potenciar el turismo y fortalecer el tejido empresarial del país, en medio de tensiones geopolíticas, reformas internas y una apuesta creciente por las relaciones con China y los mercados emergentes.
Con su perfil técnico y territorial, Morales representa una nueva apuesta del presidente Petro por liderazgos con conocimiento profundo del Estado, pero también con sensibilidad social y capacidad de gestión.
