
El exfuncionario de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos, Edwad Snowden, ha revivido algunas incógnitas sobre uno de los episodios más dolorosos, y a la vez controversiales, de la historia occidental: los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001.
Snowden es considerado un traicionero para los servicios de espionaje norteamericanos. Se encuentra asilado en Rusia y en las oportunidades en que habla con la prensa es capaz de levantar grandes ampollas, pues fue él quien desató el escándalo diplomático que reveló cómo Washington espiaba a varios países en el mundo, incluyendo a cercanos aliados.
Snowden vuelve al ojo del huracán por unos fragmentos de la entrevista que hace algunos días concedió a la cadena de televisión NBC y que no fueron divulgados en el horario de máxima audiencia, sino tarde en la noche.
En dichas intervenciones que quisieron no ser mostradas como trascendentales, Snowden hace una explosiva declaración: Estados Unidos tenía información suficiente para prevenir los ataques terroristas del 11-S, pero nadie actuó.
Snowden era, en ese entonces, agente de inteligencia de la CIA, y en la reciente entrevista habla de presunta negligencia que permitió la masacre que dejó más de 3 mil muertos civiles.
“(La Comisión del 11s, del Congreso) concluyó que teníamos toda la información que necesitábamos como comunidad de inteligencia y como parte de la defensa nacional de EE.UU. para detectar este complot (…) De hecho, contábamos con un registro de las llamadas telefónicas realizadas desde y hacia EE.UU. La CIA sabía quiénes eran esos tipos. El problema no era que no estuviéramos recogiendo información, sino que no entendíamos el pajar que teníamos”, dijo Snowden en conversación con Brian Williams.
Este tipo de tesis hacen reaparecer las sonadas teorías de la conspiración que han rodeado los ataques terroristas que cambiaron el orden mundial.
¿Se sabe toda la verdad sobre los ataques que propiciaron dos grandes guerras e invasiones a inicios del siglo XXI? ¿Cree completamente la población estadounidense que su país fue víctima de un ataque imprevisible? Las siguientes hipótesis sugieren otras explicaciones.
Teoría de la conspiración #1: los ataques fueron permitidos
Las declaraciones de Snowden sugieren que la inteligencia estadunidense no se esforzó por prevenir los ataques. Sabían que iban a ocurrir y no consiguieron detenerlos. La BBC de Reino Unido encontró en un sondeo realizado a la década de los ataques que al menos el 15% de los ciudadanos de ese país sienten que el gobierno del entonces presidente George W. Bush estuvo involucrado en la consecución de los atentados. Muy pocas personas lo relacionan como coautor. Pero la mayoría como cómplice por omisión.
Dentro de los cuestionamientos que apoyan esta teoría, muchos se preguntan por qué no hubo una reacción pronta de la Fuerza Aérea del país, cuando se supo que había un secuestro de aviones y que inclusive uno había chocado contra un edificio en Nueva York.
De acuerdo con informes independientes y relatos oficiales, justo ese día, algunos de los radares fueron incapaces de detectar los aviones comerciales, Boeing 767. Además, las autoridades de seguridad aérea argumentaron que ese día se realizó un ejercicio de entrenamiento militar rutinario y hubo mucha confusión para reaccionar a tiempo ante los ataques.
Teoría de la conspiración #2: Las torres gemelas estaban cargadas con explosivos
Muchos se han cuestionado la razón del colapso rápido y completo de las dos torres con 110 pisos del World Trade Center. La teoría sustenta que los incendios no superaron las dos horas, desde el impacto de las aeronaves, y se registraron en los pisos superiores, lo que hace dudar por la caída de casi la totalidad de la estructura.
Algunos de los defensores de esas hipótesis dicen que hubo detonaciones en las bases de las torres, que al parecer fueron atestiguadas por bomberos, equipos de rescate y algunas de las víctimas.
La versión no conspirativa sugiere que el golpe de tremendos aviones fue capaz de dañar las columnas de soporte de las dos torres, un efecto que fue agilizado por la voracidad del incendio. La temperatura fue tan extrema que algunos artefactos quemados estallaron, produciendo los sonidos que algunos testigos denuncian. Investigaciones oficiales desmienten que se hayan encontrado restos de material explosivo, como se sugiere.
Teoría de la conspiración #3: El Pentágono fue atacado con un misil
Hacia las 9:37 de la mañana, un vuelo de American Airlines se estrelló contra el Pentágono, el edificio gubernamental que concentra el poder militar y de seguridad del país. Tras ver cintas del impacto, la magnitud del daño y cantidad de víctimas, quienes no creen la versión oficial estiman que no fue un avión el que chocó, pues consideran inverosímil que el centro más custodiado del país haya sido blanco, casi 80 minutos después, de que se supiera que había un ataque terrorista en proceso.
Entonces proponen la opción de un ataque con misil. Esta teoría empezó a ser descartada por otras cintas y estudios posteriores que encontraron rastros de la aeronave y cadáveres de los pasajeros que allí viajaban.
Luego, las teorías especularon que debido a la precisión del choque contra el pentágono, ese avión no pudo haber sido maniobrado por terroristas sino por pilotos con experiencia en aeronaves de combate. Entonces vuelven a sugerir un autoatentado.
Teoría de la conspiración #4: El cuarto avión, que iba supuestamente para Casa Blanca, fue derribado
El vuelo 93 de United Airlines cayó en campo abierto en Shanksville, Pensilvania, luego de que al parecer se presentara un forcejeo entre los rehenes y los terroristas. El impacto no produjo un gigantesco cráter y los restos del avión se dispersaron por un amplio diámetro, lo que produjo a los seguidores de las teorías extraoficiales la idea de insistir en que dicho avión no se estrelló, sino que fue derribado por misiles.
La versión del gobierno confirma que dentro del vuelo 93 se registró una rebelión que produjo la caída de la aeronave. Insisten que el viento dispersó restos no muy pesados y que la Fuerza Aérea no había considerado derribarlo, pues no habían identificado la amenaza.
Teoría de la conspiración #4: La extraña caída de la torre 7
Otro de los edificios damnificados en el ataque en Nueva York al World Trade Center fue la Torre 7, otra edificación cercana al complejo que resultó afectada por el impacto y terminó derrumbándose. La teoría de la conspiración sugiere que detonaciones de explosivos hicieron desplomar la estructura que cayó en vertical.
El diario La Nación de Argentina recuerda un documento publicado el noviembre de 2001 por The New York Times. “El World Trade Center, que se creía era un blanco civil, escondía un blanco militar secreto. Quizá miles de personas murieron porque servían, sin saberlo, de escudos humanos. La Torre 7, aunque quizá también otros edificios y los sótanos, escondía una base de la CÍA”, planteó el diario basado en documentos supuestamente clasificados.
Años después, la prensa neoyorkina también revelaba que estudios científicos independientes identificaron rastros de explosivos incendiarios en los escombros, lo que explicaría la impresionante velocidad de caída de la torre, en menos de 3 segundos.
El Instituto Nacional de Estándares y Tecnología aseguró que en realidad el edificio cayó como consecuencia de los incendios de las torres gemelas, que hicieron ablandar las bases. La misma entidad gubernamental desmintió haber encontrado evidencia de material explosivo en los restos de la torre, y el Pentágono negó que allí hubiese algún centro de inteligencia o militar.
Teoría de la conspiración #4: La complicidad de Bush
La conjetura sugiere que el entonces presidente George W. Bush tenía conocimiento de los ataques, algunos dicen que como cómplice y otros como testigo silencioso. Recuerdan los recortes en los presupuestos de inteligencia que hizo el republicano a comienzos de su primer gobierno y los supuestos negocios del republicano con allegados a Bin Laden, por asuntos petroleros.
A quienes les gusta hilar delgado, sugieren que el papel de Bush en este ataque le facilitó premeditar las eventuales invasiones a Afganistán e Irak sustentadas en la llamada guerra contra el terrorismo.
De cualquier forma, dichas acusaciones no dejan de ser más que suposiciones. Las comisiones de la verdad, la mayoría gubernamentales, desmienten las teorías, y los estudios demuestran que las poblaciones más jóvenes, de menores de 30 años, son quienes no creen en las versiones oficiales. Quizá las declaraciones de Snowden sirvan solo para volver a recordar algunas de las explicaciones no alineadas que han rondado la cabeza de millones, por más de una década.
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