El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, mantiene conversaciones diplomáticas sobre Irán y la seguridad de sus ciudadanos en Oriente Medio luego de la escalada en la tensión de las relaciones con Irán, informó el portavoz oficial del Departamento de Estado de EE.UU, Morgan Ortagus.
Mike Pompeo, sostuvo conversaciones con el viceministro de Defensa de Arabia Saudita, Khalid bin Salman; el ministro de Relaciones Exteriores de Kuwait, Sheikh Sabah Khalid al-Hamad al-Sabah; el secretario general de la ONU, Antonio Guterres; el presidente de Ucrania, Vladimir Zelenski, y con el ministro de Relaciones Exteriores de Bielorrusia, Vladimir Makei.
En un comunicado escrito relacionado a las reuniones, se indicó que en la conversación entre Pompeo y Khalid bin Salman en Washington, se discutió el ataque que mató al comandante de la élite Fuerza Quds del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica, Qasim Soleimani.
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El secretario de Estado agradeció a bin Salman por los esfuerzos de Arabia Saudita en la lucha contra Irán y la "búsqueda de una solución política" a los problemas en Yemen. Además, Pompeo enfatizó que EEUU no quiere una guerra con Irán. Pompeo discutió también la situación de Oriente Medio con Zelensky y le agradeció por condenar el ataque contra la embajada de Estados Unidos en Bagdad.
Por otro lado, la declaración precisa que en la reunión con el canciller de Kuwait, Pompeo enfatizó en la seguridad de los ciudadanos estadounidenses y en la reducción de la tensión. Además, en la conversación con Guterres se discutió la situación en Oriente Medio así como las novedades en Venezuela.
Según el comunicado, Pompeo le agradeció al canciller de Bielorrusia por el apoyo que le dio a EEUU con respecto a los ataques en Irak.
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El pasado viernes 3 de enero Qasim Soleimani fue asesinado en un ataque aéreo estadounidense con aviones no tripulados.
Su muerte marcó una escalada dramática en las tensiones entre Estados Unidos e Irán.
Jamenei, quien le dio a Soleimani el mayor honor del país el año pasado, prometió "una terrible venganza" en respuesta a su asesinato.
El Pentágono acusó a Soleimani de planear el ataque a su embajada y planear llevar a cabo ataques adicionales contra diplomáticos estadounidenses y miembros del servicio en Irak y la región.
