El 2018 será un año de elecciones en Colombia. El 7 de agosto se posesionará un presidente –o una presidenta–, elegido entre una baraja de más de 10 candidatos. Y entre tantos nombres, tantas ideologías, tantas opciones, se abren también posibilidades a todo tipo de alianzas. Así las cosas, Humberto De la Calle, exnegociador con las Farc está “coqueteando” con otros candidatos a ver con quién podría unirse para competir por el anhelado lugar en la Casa de Nariño.
De la Calle va con toda en cuanto al respaldo de los Acuerdos de Paz. Tendrá que enfrentarse a la fuerte campaña del Centro Democrático, los conservadores y toda la coalición del No.
“Un primer punto es pasar del posacuerdo al posconflicto. La idea de volver trizas lo acordado es una verdadera locura, aunque se disfrace de simples modificaciones secundarias. Reconozco en Iván Duque moderación en las formas, no en el fondo. Pero no basta con darle firmeza al fin del conflicto militar”, escribió De la Calle en una columna publicada por El Tiempo.
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También dice que le apostará al crecimiento económico y a la inclusión. Quiere un Estado “que logre, por fin, hacer presencia en los confines hoy abandonados a la miseria y, sobre todo, a la indiferencia”. Y “una sociedad abierta, contemporánea, que abomina el fanatismo y el oscurantismo, que bebe en la ciencia y en la investigación, que cree en el progreso, que rehúye el odio, el insulto y la venganza”.
Para que su idea sea posible, sabe que se necesita una coalición “enorme de fuerzas políticas y también de movimientos sociales, de ciudadanos independientes”.
Sin embargo, parece que no está muy convencido de cómo y con quiénes podría unirse. Sigue llamando a Fajardo. No se ve muy convencido de Clara López o Petro. Insiste, sin embargo, en llegar como cabeza del liberalismo a la primera vuelta.
El problema, no sólo de la coalición que plantea de la Calle sino la de otros candidatos es cómo elegir a un único competidor. El camino a la Casa de Nariño se estrecha cada vez más y menos gente cabe en él. Parece muy claro que el que no se monte en un mismo bus con otros no podrá llegar.
“Invito a la Coalición Colombia a reflexionar. No comparto la reticencia del doctor Fajardo en eludir una consulta interpartidista. La división solo favorece a las fuerzas del pasado”, escribió De la Calle.
Pero… “los doctores Petro, Clara López y Caicedo han planteado una consulta en marzo, incluyendo mi nombre”.
Así las cosas, “escoger el camino de esta segunda alianza pone en riesgo y puede incluso llegar a destruir las perspectivas de esa gran coalición”.
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Petro, por otro lado, comentó, a propósito de la columna de De la Calle que “a pesar de todas las diferencias invito de nuevo a Fajardo, a Robledo y a Claudia López a por encima de racionamientos de corto plazo, aceptar la conformación de la gran coalición progresista que pueda sentar las bases de la paz de Colombia”.
Fajardo no se ha pronunciado. Robledo tampoco. Claudia López está de vacaciones y tampoco ha dicho nada. En todo caso, concluye De la Calle “confío en que las posibilidades de unión se mantengan o renazcan una vez transcurridas las elecciones de marzo. Espero que cada uno de nosotros asuma la responsabilidad, esta vez sí histórica, que implicaría la destrucción de caminos de unión que son urgentes y necesarios”.
