Si la elección fuera hoy, el boyacense Gilberto Rondón sería el nuevo Contralor General de la República. La decisión será tomada por el Congreso el próximo martes, tras una reñida competencia en la que participan, además, Carlos Ardila Ballesteros y Edgardo Maya Villazón, exprocurador general.
Maya tiene el respaldo del presidente Santos y sería lógico que también de toda la “Unidad Nacional”, pero no es así en la práctica, aunque “formalmente” se mantenga el apoyo.
El exprocurador, con muchos amigos en el Congreso por sus ocho años como jefe del Ministerio Público, cuenta con acompañamiento entusiasta del vicepresidente Germán Vargas Lleras, quien –paradójicamente– resulta contraproducente.
Hay quienes piensan –como el senador Roy Barreras– que Vargas Lleras está concentrando demasiadas potestades y que entregarle toda la Contraloría sería un exceso inadmisible: “No tanto por Vargas sino por el equilibrio de poderes que está requiriendo el país”, dice Barreras.
Así las cosas, un sector importante del Partido de la U desoirá al presidente y al vicepresidente (en privado) para votar por Rondón (amparados en el voto secreto).
El uribismo decidirá su voto por quien esté más lejos del Jefe del Estado. Y aunque los tres candidatos no se pelean contra él, está claro que la mayor cercanía la tiene Maya Villazón. Por eso mismo no votarían por él sino por Rondón, al polarizarse la disputa.
Ballesteros acaba siendo una tercería necesaria, pero nadie le concede una fuerza necesaria para ganar, a no ser que –como ha sucedido en muchos casos de la vida nacional– se opte por quien suscite menos tensiones.
En resumen: si el partido Liberal está con Rondón. Si el santismo se divide. Si el apoyo de Vargas Lleras “ofende”. Si el uribismo no vota por Maya. Y si el Procurador Ordóñez “convence” a sus copartidarios conservadores de que su antecesor está inhabilitado, el camino estaría despejado para que un boyacense suceda a la polémica Sandra Morelli en la Contraloría General.
