El municipio vallecaucano de Dagua, limítrofe con Cali, atraviesa en este momento una difícil situación de orden público por cuenta de varias personas que con violencia estarían intentando hacerse con un predio del Estado que en este momento se encuentra entregado en comodato o préstamo de uso a la Fundación Pazanimal, que cuida de 300 animales maltratados o en estado de abandono.
Kienyke.com habló con Lucía Ibarra, veterinaria de la Fundación, quien explicó que en este momento cerca de 200 personas con machetes y guadañas buscan hacerse con el lote de la Fundación. Mismas que llegaron desde muy temprano, entre 7:30 y 8:00 de la mañana, cortando parte de la flora del lote que por cierto es parte de una reserva forestal.
“Llegan a invadir el predio, basados en algo que no es justificable diciendo que tienen derecho. No hay ningún permiso legal para que hagan esto y llegaron pues con machetes y guadaña listos a podar toda la toda la flora que tenemos ahí en el albergue (...) Hay que tener claro que la fundación en este momento, la zona del albergue, es una reserva forestal”, señaló la doctora a este medio.
Sumado a ello, manifestó que en este momento una de las principales preocupaciones es el futuro de los 300 animales que tienen a su cuidado,entre perros, caballos, gatos y cerdos. “El 80% de ellos han pasado por traumas con los humanos”, añadió.
En este momento, en el lugar hace presencia la Policía, el Ejército, funcionarios de la Alcaldía de Dagua, así como de la Sociedad de Activos Especiales (SAE), encargados de llegar a un consenso con las personas y realizar el respectivo desalojo de los terrenos de la Fundación.
De acuerdo con Ibarra, a pesar de que se ha intentado dialogar con estas personas, las razones entregadas para justificar esta invasión han sido insuficientes: “Que así como nosotros compramos una libra de comida y podemos madrugar a trabajar, ellos no pueden. Es gente que está invadiendo”.
De hecho, en uno de los videos de denuncia en redes sociales, se logra apreciar a un funcionario de la SAE negociando pacíficamente con aquellas personas, incluso señalando que debían recordar que lo que estaban haciendo era ilegal. Algo a lo que uno de ellos respondió: “Así se han fundado muchos pueblos, muchos caseríos”.
La historia del predio ‘Caballo Loco’
Otra de las cosas que se logra apreciar en los videos de la invasión del predio de la Fundación Pazanimal, es que varias personas cuestionaban la propiedad del mismo. Resulta pues que este terreno, de nombre original ‘Caballo Loco’, tiene una historia bastante bastante particular que contó Ibarra a Kienyke.com.
Hace un par de días, en la cuenta de la Fundación se hizo pública una denuncia de un desalojo que tenía planeado la SAE a este predio. Sin embargo, la veterinaria señaló que finalmente esto terminó en buenos términos y se resolvió que el predio seguiría siendo de Pazanimal en función de su labor de cuidado de una gran cantidad de animales.
“Podemos operar sin ningún incoveniente, porque los estatutos fundamentales de los predios que tiene la SAE es que son entregados, dados en comodato, arriendo o en disposición a personas ajenas al gobierno, básicamente para lograr un beneficio social. Como es este caso, que somos ayuda de los animales y que además de eso es un predio sobre una reserva forestal”, señaló Ibarra.
Ahora bien, ¿por qué este predio es propiedad del Estado y se encuentra bajo administración de la SAE? De acuerdo con lo que le dijo la doctora Ibarra a este medio, “Caballo Loco” era en su momento propiedad de uno de los hermanos Rodríguez Orejuela, líderes narcotraficantes del Cartel de Cali en los 80s y 90s.
“Fue incautado por estupefacientes y ellos nos hicieron el paso a nosotros hace 20 años y hace 14 años se hizo un trámite legal de que el grupo de los hermanos tienen una serie de sucesiones y nos lo entregaron, pero legalmente sigue siendo del gobierno porque es un predio incautado. Desde ese momento por comodato, bajo la concesión de comodato, es de la Fundación Pazanimal”, añadió.
Precisamente por esta razón, fue que hace días la SAE habría pasado una carta de desalojo a la Fundación, amparado en su función de la entrega real de un activo a la nación que en su momento tuvo relación con dineros del narcotráfico. Aún así, pasando por el hecho de que actualmente el predio no guarda relación alguna con cualquier actividad ilícita y la función social que hoy presta, finalmente se llegó al mencionado acuerdo a favor de Pazanimal.
A pesar de ello, la situación terminó en el pleito con estos invasores y no se sabe la razón de fondo. Liliana Ossa, fundadora de Pazanimal, le salió al paso a esta situación denunciando que algunos de ellos también tienen armas de fuego, han destruido sus corrales e incluso han amenazado con usar algunos de sus cerdos con fines alimenticios.
Por esta razón, sentenció que en caso de no lograrse resolver la situación en menos de 48 horas, harán una convocatoria nacional entre activistas de los derechos de los animales para defender la actividad de su Fundación. Al final, un pleito del que quedan muchas más preguntas que respuestas y que guarda sus raíces en la compleja historia no resuelta de la tierra en Colombia, que en los últimos meses se ha traducido en un buen número de invasiones a fincas o terrenos propiedad del Estado.
