
La violencia criminal volvió a sacudir el occidente antioqueño con el asesinato de dos soldados del Ejército Nacional en un ataque perpetrado por miembros del Clan del Golfo, una de las organizaciones armadas ilegales más poderosas y violentas de Colombia.
El hecho ocurrió en la noche del lunes en el caserío La Esperanza, zona rural del municipio de Cañasgordas, cuando los uniformados circulaban por la zona como parte de sus labores de patrullaje. Según informó este martes la Cuarta Brigada del Ejército, los soldados fueron atacados por integrantes del grupo delincuencial organizado Edwin Román Velásquez Valle, una facción del Clan del Golfo.
Las víctimas fueron identificadas como los soldados profesionales Wilmer Javier Hidalgo Torres y Wuilinton Arley Duarte Ramírez, quienes resultaron gravemente heridos durante la emboscada. Pese a que fueron trasladados al hospital de San Carlos, en Cañasgordas, los militares fallecieron debido a la gravedad de las lesiones sufridas.
“El Ejército Nacional continuará adelantando operaciones militares orientadas a contribuir con la protección de la población civil y la estabilidad del territorio antioqueño”, señaló la institución en un comunicado oficial, ratificando su compromiso con la seguridad en esta convulsionada región.
Presencia del Clan del Golfo en Antioquia
El Clan del Golfo, también conocido como las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC), mantiene una fuerte presencia en varias zonas del país, especialmente en Antioquia, el Caribe colombiano y áreas fronterizas con Venezuela. La organización criminal se dedica a diversas actividades ilícitas como el narcotráfico, la extorsión, el contrabando y el tráfico de migrantes.
En Antioquia, su estructura ha tenido especial arraigo en municipios del occidente y el Bajo Cauca, donde constantemente se enfrenta tanto a la Fuerza Pública como a otras organizaciones armadas ilegales por el control del territorio.
Las autoridades han intensificado sus esfuerzos por contener el accionar de este grupo. Sin embargo, ataques como el ocurrido en Cañasgordas evidencian los desafíos persistentes que enfrenta el Estado en su lucha contra el crimen organizado.
Reacciones y medidas
Tras el ataque, las autoridades locales y departamentales condenaron el hecho y expresaron su solidaridad con las familias de los soldados caídos. Se espera que en las próximas horas se realice un consejo de seguridad en la zona para evaluar nuevas estrategias de contención y protección a la población.
Los cuerpos de Hidalgo Torres y Duarte Ramírez serán trasladados a sus ciudades de origen, donde se les rendirá homenaje por su servicio.
Este hecho se suma a una serie de acciones violentas atribuidas al Clan del Golfo en 2025, lo que ha llevado al Gobierno nacional a mantener una ofensiva militar sostenida en distintas regiones del país.
Seguridad en zonas rurales, un reto persistente
Cañasgordas, como otros municipios rurales de Antioquia, enfrenta serios problemas de seguridad derivados de la presencia de actores armados ilegales. La geografía montañosa, la débil presencia institucional y el abandono estatal han facilitado la consolidación de grupos armados, a pesar de los esfuerzos de las autoridades por retomar el control territorial.
Mientras se refuerzan las operaciones militares, los habitantes de la región piden mayor inversión social, más oportunidades económicas y presencia constante del Estado como herramientas para frenar la expansión del crimen organizado.
Este nuevo ataque reaviva el debate sobre la necesidad de estrategias integrales de seguridad que combinen la acción militar con soluciones estructurales a largo plazo.