
Después de 18 días de angustia e incertidumbre, fue liberado este miércoles 21 de mayo el niño Lyan José Hortúa, de 11 años, quien había sido secuestrado el pasado 3 de mayo por miembros de la estructura disidente de las Farc conocida como Jaime Martínez.
El menor fue encontrado sano y salvo en zona rural de Jamundí, en el sur del departamento del Valle del Cauca, en lo que autoridades y familiares han descrito como un "milagro" y un avance significativo en la lucha contra el secuestro.
Un secuestro que conmovió al país
El secuestro ocurrió en el corregimiento de Potrerito, una zona campestre del municipio de Jamundí, mientras el niño se encontraba en su residencia junto a familiares y personal del hogar. De acuerdo con imágenes captadas por cámaras de seguridad, cinco hombres fuertemente armados irrumpieron en la vivienda y, tras intimidar a las empleadas domésticas, se llevaron al menor con rumbo desconocido hacia la zona montañosa de Jamundí.
El rapto de Lyan Hortúa generó una fuerte conmoción a nivel nacional, especialmente por la edad del niño y por la brutalidad con la que fue ejecutada la acción. Organismos defensores de derechos humanos, autoridades locales y la comunidad exigieron durante casi tres semanas su liberación inmediata.
La disidencia Jaime Martínez, señalada como responsable
Desde el primer momento, los organismos de inteligencia apuntaron a la estructura Jaime Martínez, una facción disidente de las antiguas Farc que opera en el suroccidente colombiano. Esta organización criminal, considerada una de las más sanguinarias y activas del país, ha estado vinculada a secuestros, extorsiones y narcotráfico en los departamentos del Valle, Cauca y Nariño.
El ministro de Defensa, Iván Velázquez, confirmó que el secuestro fue ejecutado por miembros de esta organización, quienes habrían mantenido al menor en cautiverio en zona montañosa del municipio. "Este es un acto atroz que demuestra una vez más la crueldad con la que operan estas estructuras ilegales. El Gobierno no descansará hasta desmantelar completamente a este grupo armado", afirmó Velázquez tras conocerse la liberación.
Un operativo de presión facilitó la entrega
La liberación de Lyan Hortúa se dio tras intensas labores de inteligencia y presión militar en las zonas donde se sospechaba que era mantenido. Aunque las autoridades no han revelado todos los detalles del operativo por motivos de seguridad, se sabe que fue un proceso coordinado entre el Ejército Nacional, la Policía y la Fiscalía General de la Nación.
Fuentes cercanas al caso indicaron que, ante el cerco de las autoridades y el creciente rechazo social, los captores optaron por liberar al menor de forma voluntaria en una zona rural, donde fue recogido por tropas del Ejército.