Hay alerta en varios departamentos por los ataques que se vienen presentando contra la Fuerza Pública en Antioquia, Córdoba y Chocó. Durante el primer semestre se registraron más de cincuenta ataques armados contra uniformados del Ejército y la Policía Nacional en diferentes regiones.
Todo parece indicar que el Plan Pistola es una retaliación liderada por Alias ‘Chiquito Malo’, máximo cabecilla del Clan del Golfo, por la captura y extradición de Alias Otoniel, quien se encuentra pagando su condena en una cárcel de Estados Unidos.
El Plan Pistola deja como saldo 22 uniformados asesinados y 72 más que resultaron heridos en diferentes atentados contra la Fuerza Pública. En el más reciente de los casos, tres policías fueron ultimados en la región de Urabá, Antioquia, cuando se encontraban fuera de turno y vestidos de civiles.
Trabajos de inteligencia han logrado establecer que el Clan del Golfo no ataca a la Fuerza Pública indiscriminadamente, sino que individualiza a sus víctimas priorizando a los que más entorpecen sus actividades ilícitas y las ataca cuando se encuentran vulnerables.
Sólo en Antioquia el Clan del Golfo ha asesinado a seis policías y dos militares en los últimos tres meses. En los atentados también resultaron heridos 22 uniformados. La mayoría de estos homicidios ocurrieron en las subregiones de Urabá, Occidente y Norte de Antioquia.
“Unidos debemos rodear a nuestra fuerza pública ante amenaza terrorista de 'plan pistola'. La violencia nunca ha triunfado, ni triunfará”, dijo al respecto el Gobernador de Antioquia, Aníbal Gaviria Correa.
Aunque la situación se agudiza en Antioquia, Córdoba y Chocó, otros departamentos no son ajenos a la situación. Por ejemplo, el pasado 5 de julio uniformados de la Policía Nacional fueron atacados con armas de fuego cuando se encontraban desarrollando actividades de vigilancia, registro y control a un establecimientos público en Puerto Wilches. Allí uno de los patrulleros recibió un tiro en el abdomen pero fue trasladado a un centro asistencial y se recupera satisfactoriamente.
Vale la pena recordar que el denominado ‘Plan Pistola’ data de finales la década de los 80 y principios de los 90 cuando el Cartel de Medellín ofreció dinero en efectivo a quienes asesinaran a miembros de la Policía Nacional. Pablo Escobar pagaba un millón por cada patrullero y tres millones por los altos mandos, generando la muerte de más de 500 policías entre 1989 y 1992.
