Un operativo policial en la localidad de Bosa se encuentra bajo investigación por presunto exceso de fuerza que habría dejado dos personas heridas, quienes se encontraban en una cigarrería del sector.
El hecho se habría producido el pasado 17 de enero, en el barrio Bosa Brasilia, en una cigarrería del sector. Al parecer, según la policía, la comunidad denunció que en el lugar se realizaba una reunión lo que violaba la medida de cuarentena general decretada para el fin de semana por la Alcaldía de Bogotá.
Tras las denuncias, la Policía llegó al establecimiento, pero los dueños y la familia que habitaba allí se negó a abrir las puertas, debido a que manifestaron que no había ninguna infracción, ya habían cerrado el local, y celebraban el cumpleaños de una menor en entorno familiar.
Debido a esa acción de omisión, que la policía catalogó como una burla a la autoridad, los uniformados encargados del operativo por parte de la Alcaldía Local de Bosa, solicitaron apoyo de los Bomberos, quienes derribaron la puerta con una sierra.
Tras la acción se desembocó una batalla campal. Según la Policía, los uniformados y miembros de la alcaldía fueron agredidos con botellas de vidrio y piedras, mientras que la respuesta de los agentes también dejó afectadas a varias personas del local, al parecer se encuentran heridos por arma de fuego.
Según el concejal Diego Cancino, la Policía disparó 11 veces al interior del establecimiento. Así mismo, una menor de 12 años de edad resultó herida en el rostro luego de que la policía allanara el lugar, según su madre, habría sido afectada con un ladrillo.
“Katherine Peña, desde que empezó la cuarentena, ha sido víctima de extorsiones que se ha negado a aceptar. Ella dice que nunca va a pagar vacunas, razón por la cual fue víctima de tortura y maltrato físco”, aseguró el concejal.
Sobre las 8:00 pm. según la versión del concejal con las víctimas, llegaron al lugar un gran número de policías, que se constata en los videos que registraron el allanamiento. Al interior, se encontraban “ocho personas con una torta y sin trago. No estaban vendiendo nada”, afirmó el cabildante.
“Entran los policías, quitan la luz y empiezan a disparar dentro del establecimiento comercial. Maltratan a la mujer, maltratan al esposo, le empiezan a pegar a la hija. La hija queda con la cara desfigurada, ha tenido dos cirugías. Le roban el producido, más de dos millones de pesos, y echan bala dentro del establecimiento comercial”, narró el concejal Cancino.
“Las cuarentenas no pueden ser la excusa para exacerbar el abuso y la criminalidad policial. 11 disparos, heridos y una niña desfigurada por cuenta de la verificación en su cumplimiento es totalmente desproporcionado”, puntualizó Cancino.
Según el MG. Óscar Antonio Gómez Heredia, comandante de Policía Metropolitana de Bogotá, el operativo fue liderado por la Alcaldía Local, la Policía y los Bomberos, por solicitud de la comunidad que había denunciado que en el establecimiento se realizaban fiestas clandestinas y aglomeración de personas.
“Nos permitimos informar que después de ese procedimiento ordenamos las investigaciones correspondientes, penales y disciplinarias. Sin embargo, hacemos un llamado a la comunidad para que seamos respetuosos de la autoridad. En este caso tuvimos conocimiento de que nuestros policías y autoridades locales fueron recibidos con palabras irrespetuosas, violentas y que terminaron en confrontaciones entre la comunidad y nuestros uniformados de la policía”, señaló el MG. Gómez Heredia.
La Secretaría de Gobierno de Bogotá recibió la denuncia, pese a que el día del operativo aseguró que habían encontrado 12 personas consumiendo licor en el lugar y habían agredido a los uniformados encargados.
El subsecretario de gobierno Camilo Acero se reunió con Katherine Peña y ella declaró que los agentes llegaron entre las 4:30 y 5:00 de la tarde y verificaron los permisos y protocolos. Ella, según dijo, le pidió a los funcionarios de la Alcaldía que anotaran en el acta la visita, porque estaba segura que más tarde regresaría.
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“Efectivamente a las 8:00 pm. volvieron, no golpearon, me llamaron, nos amedrentaron por teléfono, después respondí a la misma agresividad, les respondí groseramente, ellos igual me trataron mal. Dieron primero disparos, piedra, luego rompieron la reja, tiraron agua, siguieron disparaando, nos cortaron la luz antes de romper la cortina de la reja, definitivamente eso fue una tentativa de homicidio”, señaló la dueña del establecimiento.
Acero le explicó a la mujer, quien declaró haber puesto varias denuncias en contra de los agentes por extorsión, que “en la Secretaría de Gobierno lo que hacemos es que con la denuncia, la noticia criminal y la queja, vamos a hablar con el comandante de la Metropolitana de Bogotá, el Inspector General de la Policía, la Procuraduría y la Personería para que tomen las acciones respectivas en este caso. Le pedimos a la Policía de Bogotá que, por favor, nos explique el procedimiento que se llevó a cabo el sábado pasado y el uso excesivo de la fuerza durante este procedimiento”.
