
Bogotá vivió nuevamente una tarde de caos y tensión este viernes 16 de mayo, debido a los ya frecuentes enfrentamientos entre encapuchados y unidades del Escuadrón Móvil Antidisturbios (ESMAD) en las inmediaciones de la Universidad Nacional.
Lo que comenzó como una manifestación irregular al interior del campus rápidamente degeneró en una violenta confrontación que se ha extendido por más de dos horas, generando afectaciones graves en la movilidad y poniendo en riesgo a estudiantes, peatones y conductores que transitaban por el sector.
Los disturbios se originaron en los alrededores de la calle 26, donde encapuchados comenzaron a lanzar piedras, palos y otros objetos contundentes contra los agentes del orden. Con el pasar de los minutos, los enfrentamientos se trasladaron a la entrada de la universidad por la carrera 30, intensificándose de forma alarmante.
Videos y fotografías compartidos en redes sociales muestran a los manifestantes utilizando machetes, armas cortopunzantes y bombas molotov, que han sido lanzadas desde el interior de la institución y desde sus portones. Por su parte, la Policía ha respondido con el uso de gases lacrimógenos y chorros de agua a presión, intentando dispersar a los manifestantes y recuperar el control del sector.
Lea también: ¿Pleito entre EE.UU y China afectará metro de Bogotá?
La situación obligó a Transmilenio a cerrar temporalmente las estaciones Ciudad Universitaria y Universidad Nacional, ubicadas sobre la carrera 30 con calle 45, una de las principales arterias viales del occidente de Bogotá.
El colapso en la movilidad no se hizo esperar: usuarios del sistema reportaron demoras prolongadas y largas filas, mientras que en el sentido norte-sur de la avenida NQS, los trancones alcanzaban hasta la calle 63, dificultando aún más el desplazamiento por la ciudad en plena hora pico.
Hasta el momento, la Universidad Nacional no ha emitido un pronunciamiento oficial sobre los hechos, que se repiten con preocupante frecuencia en su campus, afectando no solo la seguridad del entorno, sino también el normal funcionamiento del sistema de transporte y la cotidianidad de la capital.