
Los productores agrícolas de Colombia están en vilo ante la incertidumbre sobre los efectos del arancel del 10% impuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump, a las exportaciones de su país.
Si bien la medida afecta a una serie de sectores, el agro colombiano parece ser el principal perjudicado. Las implicaciones de este nuevo gravamen para productos como el café, las flores y otros bienes esenciales para la economía rural del país generan preocupación no solo por el impacto económico inmediato, sino también por el futuro de las relaciones comerciales entre ambos países.
Un golpe al corazón del agro colombiano
Según Javier Díaz Molina, presidente de la Asociación Nacional de Comercio Exterior (Analdex), el agro colombiano es el principal sector afectado por esta nueva medida.
Aunque Colombia ha logrado diversificar sus mercados de exportación en los últimos años, la importancia comercial de Estados Unidos sigue siendo fundamental para la economía agrícola nacional. Los productos colombianos más relevantes para el comercio con EE. UU. incluyen café, flores, banano, aguacate hass, entre otros, y representan una fuente significativa de ingresos para el país. Sin embargo, la imposición de estos aranceles podría cambiar esta dinámica.
El impacto de los aranceles dependerá de la "letra menuda" de la decisión, según Jorge Enrique Bedoya, presidente de la Sociedad de Agricultores de Colombia (SAC). Los detalles específicos sobre qué productos serán afectados y si existen exenciones son cruciales para comprender la magnitud de las consecuencias para el sector agropecuario.
El café, en el centro de la preocupación
El café colombiano, considerado uno de los productos más emblemáticos del país, es una de las principales exportaciones agrícolas a Estados Unidos. Aproximadamente el 40% del café colombiano tiene como destino el mercado estadounidense, lo que representa un volumen considerable para la economía agrícola. Germán Bahamón, gerente general de la Federación Nacional de Cafeteros (FNC), expresó su preocupación por cómo los aranceles podrían afectar la demanda de café colombiano, dado que un aumento en los precios podría disminuir la competitividad del grano en un mercado ya altamente competitivo.
Sin embargo, a pesar de los temores, Bahamón se mostró optimista sobre la capacidad de Colombia para seguir siendo competitiva en el mercado estadounidense. A diferencia de Brasil, el mayor exportador de café a EE.UU., que también enfrenta el mismo arancel, Colombia tiene ventajas en términos de calidad y reputación. El café colombiano sigue siendo considerado uno de los mejores del mundo, lo que podría ayudar a mantener su demanda a pesar de los nuevos obstáculos comerciales.
Las flores, un sector vulnerable
El sector floricultor colombiano, otro pilar de las exportaciones agrícolas, también enfrenta una situación incierta. Las flores colombianas representan el 80% de las exportaciones de este producto hacia Estados Unidos, con un valor de más de 2.180 millones de dólares en 2024. La dependencia del mercado estadounidense es clara, especialmente durante temporadas clave como el Día de San Valentín y el Día de la Madre, fechas en las que las ventas alcanzan picos significativos.
La Asociación Colombiana de Exportadores de Flores (Asocolflores) aún está analizando los detalles de la orden ejecutiva, pero el impacto en estas festividades podría ser considerable si los aranceles entran en vigor durante periodos críticos. Además, la vulnerabilidad de este sector no solo está en juego por el costo adicional que los aranceles puedan imponer, sino también por la posible disminución en la demanda debido al aumento de los precios.
Impacto en el empleo y la economía local
El efecto de los aranceles no se limita solo al sector productivo, sino que se extiende a las comunidades rurales dependientes de estos cultivos. El café y las flores no solo son productos de exportación, sino que son vitales para el empleo de miles de colombianos. Se estima que alrededor de 560.000 familias dependen directamente del cultivo de café, mientras que la floricultura genera cerca de 200.000 empleos anuales, entre directos e indirectos.
La preocupación en torno a estos aranceles también se relaciona con la seguridad laboral de estos trabajadores, quienes podrían enfrentar dificultades si las exportaciones se ven reducidas o si los precios internacionales aumentan de manera significativa. Jorge Enrique Bedoya destacó la importancia de garantizar la estabilidad del empleo en estos sectores, ya que el impacto no solo se limita a las cifras económicas, sino también a la calidad de vida de las familias colombianas involucradas en la producción agropecuaria.
Un desafío para las relaciones bilaterales
Este nuevo arancel podría afectar no solo al campo colombiano, sino también a la relación comercial entre Colombia y Estados Unidos. Ambos países han disfrutado de una relación estrecha desde la firma del Tratado de Libre Comercio (TLC) en 2012, pero las nuevas políticas podrían poner a prueba ese acuerdo.
A pesar de que el arancel del 10% es el más bajo de los impuestos anunciados por Trump a otros países latinoamericanos, sigue siendo una carga significativa para sectores clave de la economía colombiana.
El impacto de los aranceles impuestos por Trump al campo colombiano es aún incierto, pero la preocupación es evidente. Sectores clave como el café y las flores enfrentan retos significativos en cuanto a competitividad, precios y demanda.
A pesar de las dificultades, Colombia mantiene su competitividad gracias a la calidad de sus productos, pero la situación requiere vigilancia constante. Las autoridades colombianas y los sectores productivos deberán trabajar de la mano para mitigar los efectos de estas nuevas restricciones comerciales y asegurar que el campo colombiano siga siendo un motor importante de la economía del país.