El asesinato de ocho jóvenes universitarios en Samaniego, Nariño, generó indignación y luto en el país, más un rechazo profundo a la violencia que afecta a las generaciones más jóvenes.
La primera Dama María Juliana Ruiz, quien ha enfocado sus esfuerzos en la protección de la niñez y el estímulo a los jóvenes, rechazó los hechos de violencia de las últimas semanas y envió un mensaje de solidaridad a las familias de las víctimas.
“Expreso de manera categórica el rechazo absoluto a la violencia, como lo he manifestado públicamente desde el momento en que asumí el rol de Primera Dama de la Nación, específicamente repudiando cualquier tipo de maltrato o abuso hacia niños, niñas, adolescentes o jóvenes en nuestro país. Es una población que no merece nada distinto a la protección, el cuidado, el apoyo y la garantía de entornos seguros para el pleno desarrollo de todas sus capacidades”, aseguró la Primera Dama.
“En la inmensa diversidad de un país como Colombia, he tenido la fortuna y la alegría profunda de trabajar por y con nuestros jóvenes, descubriendo día a día su potencial, su talento, su habilidad inigualable de traducir sus sueños en soluciones con sentido social, despertando admiración e ilusión de un futuro inspirador y espléndido”, agregó María Juliana Ruiz.
“Hoy, como Primera Dama de la Nación y en nombre de las gestoras y gestores sociales de los departamentos, quienes hacemos parte de la red de tejido social LUNNA Colombia (Lideres Unidos por los Niños, Niñas y Adolescentes), expreso la desolación que sentimos por esas vidas y esos sueños truncados, y nos sumamos al mensaje de solidaridad y de profundo dolor, que seguramente es tan inmensurable como indescriptible, para los hogares que han perdido la esperanza que representan estos menores en sus núcleos familiares”, puntualizó.
La masacre de Samaniego sucedió sobre las diez de la noche del sábado 15 de agosto, cuando hombres armados llegaron a una casa donde un grupo de jóvenes departía con licor y un asado. Los delincuentes, que aún no se han establecido, irrumpieron en el lugar y arremetieron en contra de los asistentes.
A este hecho se sumó una masacre el pasado 11 de agosto, cuando fueron encontrados cinco menores asesinados en un cañaduzal del oriente de Cali. Las víctimas de ese hecho tenían entre 14 y 17 años de edad.
