
La reciente presentación del papa León XIV como nuevo líder de la Iglesia Católica no solo marcó un cambio de liderazgo, sino también de estilo. Y aunque no hubo extravagancias notorias, sí llamó la atención un sutil pero significativo regreso a los ornamentos tradicionales, un giro respecto a la austeridad que caracterizó al papado de Francisco.
Entre los detalles más comentados por observadores y expertos en el Vaticano, uno en particular ha desatado especulaciones: el reloj que portaba el nuevo Sumo Pontífice durante su presentación oficial. Las imágenes permitieron notar que el papa León XIV llevaba un reloj de diseño cuidado y llamativo, muy distinto al sobrio Swatch negro de su antecesor.
¿Un Wenger suizo o un Casio deportivo?
Según algunos entusiastas del estilo y la relojería, el reloj en cuestión podría ser un Wenger 7223X, un modelo suizo con carcasa de tono rojo cardenal, detalle que algunos interpretan como un guiño a su anterior condición clerical. El valor aproximado de esta pieza ronda los 400 dólares o 450 euros.
Sin embargo, otros apuestan por una opción más tecnológica: el Casio Pro Trek Smart WSD-F21HR-RDBGE, un reloj de apariencia más deportiva, pero con un precio incluso mayor, cercano a los 500 euros.
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¿Un detalle menor o un símbolo?
Más allá del modelo, el interés mediático se ha centrado en lo que representa esta elección. En una institución marcada por votos de humildad y pobreza, cada gesto del Papa es interpretado con lupa. La revista Esquire, al respecto, recordó que mientras Francisco se caracterizó por evitar cualquier ostentación —llegando incluso a mantener su anillo papal en un diseño sencillo—, sus antecesores como Benedicto XVI y Juan Pablo II sí portaron relojes de marcas prestigiosas como Erhard Junghans, Patek Philippe o incluso un Rolex Datejust.
¿Un nuevo estilo papal?
Aunque León XIV no ha hecho declaraciones sobre su reloj ni su estilo personal, su elección de volver a ciertos ornamentos litúrgicos clásicos —vistos como símbolos de la tradición más formal de la Iglesia— podría estar marcando el inicio de un papado que combina lo simbólico con lo ceremonial, sin necesariamente abandonar los valores de sobriedad espiritual.
Por ahora, el debate sobre si el Papa lleva un reloj de lujo o simplemente uno funcional continúa. Lo cierto es que, en el Vaticano, cada pequeño detalle puede leerse como una gran declaración. Y en el caso del nuevo pontífice, parece que la forma también comunica fondo.